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martes, 7 de abril de 2015

El “temible” Isidro Mamani y la batalla de Marka Esqueña

El “temible” Isidro Mamani y la batalla de Marka Esqueña


Escribe: W. Jony Rodríguez Arizaca | DIARIO LOS ANDES DE PUNO -Cultural - 05 abr 2015
Sin embargo, en la historia oficial, poco o nada se sabe de estos grandes guerreros que participaron como comandantes y jefes lugartenientes de Julián Apasa.En la guerra revolucionaria de los pueblos indígenas contra España, sucedida entre 1780 a 1783, en la parte sur puneña, desde el pueblo de Paria hasta Chucuito, dirigían: Pascual Alarapita Tupaq Katari, Arukutipa Tupac Amaru Inga, Tupaj Nina Katari, Andrés Inka Tupaq Katari, Mateo Condori e Isidro Mamani Tupaq Katari. Todos bajo el mando de Julián Apasa Tupaq Katari, quien tenía esta adjudicación territorial de comandar la rebelión[1].
Isidro Mamani, de quien no se ha escrito una biografía real hasta la fecha, es uno de estos hombres. Él destacó en la lucha por la liberación y la independencia del indio. Supo colocarse al lado de Tupaq Katari, a la cabeza de la inmensa masa aymara oprimida, comandando las fuerzas de Ácora y actuó en los alzamientos de diferentes zonas de la región, tal como lo denuncia el informe del Cabildo del Cuzco de 1784.
Este valeroso aymara, de clara extracción indígena y que hoy es poco recordado, no sólo creó muchas iniciativas estratégicas en plena guerra con el objeto de arrasar a las ciudades opresoras, sino que hizo arrasar a los esclavistas q’aras[2], hacendados, usurpadores, mozos, acholados, caciques, gamonales y otros tiranos.
Insurgió en Zepita a la orden de Julián Apaza “Tupaq Katari”, el 18 de marzo del año 1781[3]. En los días subsiguientes, libraría varias escaramuzas como la ocurrida en Pomata, Juli, Ácora, Chucuito y Puno. En esta última localidad luchó contra el Corregidor de Puno, General Joaquín de Orellana.
Como varón, producto del movimiento de abuso excesivo, supo dar golpe tras golpe con sus manos callosas a los patrones y gamonales opresores, pues esta era la única salida para deshacerse del yugo impuesto por los foráneos. Expulsó de Ácora a todos los españoles y sus descendientes, y los persiguió hasta Chucuito, donde los eliminó a todos sin distinción de edad ni sexo, el 3 de abril de 1781.
A decir de Juan Juárez Mamani (2010): “a Isidro Mamani, natural de Ácora,… no le temblaban las manos y no dudó en mandar a degollar a la Kuraka Manuela Uriarte, en Ácora, y se hizo pasear bajo palio y música con el Cura por las calles del Pueblo…, en Chucuito los hizo arrojar al lago [a] todos los hijos de los españoles y a las mujeres las hizo degollar, por ser personas repudiadas por el pueblo aymara por los abusos que cometieron”[4].
Según el historiador nacional Juan José Vega (2003), las vidas eliminadas en Chucuito “fueron dos mil vecinos, entre criollos, mestizos y españoles”.
Isidro Mamani fue también el artífice de la Batalla de Marka Esqueña, sucedida el 30 de marzo de 1781, en las proximidades a Ácora[5]. En ella venció a los hombres partidarios de la corona y a los oficiales virreinales Santiago Vial, Nicolás de Mendiola, José Roselló y compañía de jinetes.
Su radicalismo ha conllevado a que los soldados virreinales le apodaran como el “temible” o “el maldito”.
El informe del Cabildo del Cuzco de 1784, da cuenta que “La lucha de isidro Mamani y Alarapita fue particularmente enconada contra los representantes de los caciques pro-españoles”. Y en verdad, ordenó a degollar cuanto cacique le saliera en contra.
Por su parte, el General Joaquín de Orellana, Corregidor de Puno, dice: “Mandaba esta expedición, como primer comandante, un mal indio de la provincia de Paria, nombrado Pascual Alarapita, que despedido de su patria como una maligna peste, emprendió y logró con la mayor rapidez la conquista de las provincias de Sicasica, Pacages, y la última de Chucuito, llenándolas del mayor horror y confusión con los sangrientos destrozos, incendios y latrocinio que ha ejecutado en todos sus pueblos. No obstante, con dependencia de este mismo, venía mandando otro, que se nombraba Isidro Mamani, tan malo y perverso como el primero”[6].
Cuando ya se había cercado la Villa Rica de Nuestra Señora de la Concepción y de San Carlos de Puno, Isidro Mamani y comandos, por una cuestión de estrategia, deciden retroceder hacia Ichu y luego a Ácora, el 9 y el 10 de abril de 1781. Y es allí, en Ácora, donde los fieles de la cacica Isidora Catacora lo apresan a traición y lo envían a Puno, junto a muchos capitanes, con el General Joaquín de Orellana[7]. Otros dicen que porque estaban aterrados con las atrocidades y el radicalismo de su jefe regional, Mamani.
Su entrega sería confirmada por el mismo Orellana, quien dice: “He logrado oportunamente su prisión, de cuya persona se apoderaron los indios de Acora al siguiente día de su fuga, y me lo presentaron acá, con la de otros capitanes suyos, a quienes conservo en prisiones y seguridad, para tomarles sus confesiones, y proceder a lo demás que convenga con la distinción correspondiente al carácter que representaban entre los suyos”[8].
Y como siempre, a los traidores de Mamani y de otros mandos, la españolada los premió: “A los que fueron autores e instrumentos de su prisión, y que le condujeron a esta capital, después de agasajarles y tratarlos con la mayor humanidad y blandura, les admití el perdón o indulto que pidieron por haberse contaminado e incorporado con la rebelde tropa que pasó por su pueblo, como se ha dicho. El motivo que los estimuló a esta osada determinación, fue la consideración de que habiéndoles seducido para hacerles cómplices de su rebelión, y auxiliarles de sus maldades, retrocedía con tanta aceleración, dejándoles sin abrigo y abandonados a los golpes que les amenazaban desde esta villa, de donde procuraría yo sorprenderlos para castigar sus delitos, como sin duda lo habría practicado de lo contrario para escarmentar a los otros”[9].
Para mediados del mes de Mayo, Isidro Mamani fue remitido a la Ciudad del Cuzco por Joaquín de Orellana, donde fue sometido a juicio por orden del General José Antonio de Areche, en cuyo proceso el Fiscal español levantó cargos. Actuó como su abogado el español Juan Munive y Mozo.
El 14 de Julio fue sentenciado a la pena máxima por orden del General Areche. Antes es arrastrado de la cola de un caballo atado de pies y manos, con soga al cuello, hasta el lugar del suplicio, donde dos meses antes había sido sacrificado José Gabriel Condorcanqui. Fue ejecutado en la horca el día 18 de Julio de 1781, cuando apenas tenía 34 años de edad. Sus restos fueron incinerados y las cenizas esparcidas al aire[10]. Hoy, ese lugar de suplicio, es la Plaza Mayor del Cuzco.
Así terminó sus días el “temible” Isidro Mamani, por querer alcanzar y legarnos una patria libre y con justicia.
Como él, después de derrotadas las tropas revolucionarias, muchos líderes indios son entregados a traición al enemigo, mientras que otros huyeron hacia la región de los yungas de La Paz, etc. y otros seguramente acabaron ahorcados y ajusticiados, al igual que Mamani, como era la costumbre española de la época.
De su nacimiento no hemos podido hallar ningún indicio, nada, ni dato ni documento que pruebe su nacimiento, sólo fragmentos de referencias de fuentes archivísticos de la época (1780-1781) que señalan a este guerrillero como el máximo “lugarteniente de Ácora” y catalogado como el más sanguinario del ejército katarista. Por lo mismo, es posible que haya nacido en Ácora. Además, hallamos para 1780, un padrón de indios tributarios de Ácora, mandado a hacer por orden del gobernador de Chucuito Don Ramón Moya[11]. En ella se halla el nombre de Isidro Mamani, que aparece como indio tributario y miembro del Ayllu Jila Qullana del cacicazgo de Isidora Catacora. ¿Coincidencia?, ¿homonimia?, cuestión de seguir hurgando. Agradecería mucho a mis amigos e investigadores si acaso me dieran alguna luz acerca del origen de este hombre.
Por el momento, partes militares de la época (rebelión de 1780 a 1781)[12] y extractos de referencias de don Benito Mata Linares, oidor de la Real Audiencia de Lima que recibió la declaración de Isidro Mamani en Cusco[13], señalan a Mamani como un “indio originario y actor determinante de Ácora”, por haber conducido a los sublevados de la zona y haber ordenado la matanza en Chucuito. En otros pasajes de estos documentos es también señalado como “indio rebelde y lugarteniente de Ácora”. Sin embargo, más pudo la pluma de los “connotados” etnohistoriadores que hacen la historia regional y son ellos quienes afirman (sin citar fuentes) que Mamani habría nacido en Zepita. Suponemos que se valen de la única y difusa fuente referencial que viene del proceso de juicio seguido contra Mamani en el Cusco.
Se trata del muy difundido expediente publicado por la comisión Bicentenario de la Rebelión de Tupac Amaru en 1781[14], la misma que también, unos años antes, la Historiadora Scarlett O’phelan Godoy (1979) había recogido. En ambas se registran a Isidro Mamani y a Mateo Condori como indios originarios de Zepita. No obstante, pasado el tiempo, en boca de analistas y críticos de la historia, se sabría que ninguno de estos mandos llevados a juicio habrían declarado con la verdad.
Se sabe que Mateo Condori no fue de Zepita, sino de Chucuito. Asimismo, que Isidro Mamani no se había incorporado recientemente a los rebeldes Andrés Inga Túpa Catarí y Mateo Condori[15], como dijo en sus declaraciones, sino que fue el primer comandante en jefe del ejército katarista de la región Lupaca (Chucuito) con reconocida autoridad en el hoy sur puneño. Además, se sabe que para 1780 este valeroso aymara, al igual que Pascual Alarapita, tenía a su mando la guerrilla más prestigiosa del lugar, por lo que despertaba muchas envidias.
La posteridad no siempre ha sabido ser grata con este héroe de tanta prestancia. Actualmente no se conoce un colegio, una plaza o un parque que ostenten su nombre; sólo algunos pequeños pasajes de notas que los historiadores, especialmente regionales, se esfuerzan en anotar para enaltecer sus hazañas. Ojalá, sobre todo en Ácora, se haga un justo homenaje por estas fechas, en que se debe rememorar la gesta de la Batalla de Marca Esqueña.