NUESTRA BIENVENIDA

Tu amigo Bruno Medina Enríquez, Director de la Revista ASWAN QHARI, te da la bienvenida para que juntos construyamos los enlaces que nos ayudan a revalorar nuestra cultura y auspiciar un futuro promisorio, en la búsqueda de alcanzar el Sumac Causay, que nos hará libres en una nueva sociedad!!!



lunes, 20 de abril de 2015

EZEQUIEL URVIOLA

Ezequiel: el profeta que incendió la pradera


 Jorge Ramos Cabezas * | Cultural diario Los Andes de Punp - 12 abr 2015


Conformado por doce capítulos, un epílogo (que se presenta a modo de testimonio del autor sobre su interés por Ezequiel Urviola) y un colofón (estudio académico del profesor sanmarquino Mauro Mamani sobre la obra de Padilla), esta novela viene a configurarse como una interesante propuesta narrativa, tanto por el tipo de discurso como por el tema abordado. Así, genéricamente, si bien la obra califica como novela, también puede catalogarse como una cronivela (crónica novela) —categoría aplicada a algunos relatos que dan cuenta de hechos registrados en la historia real y que ahora son llevados a la ficción—, un género estudiado por Mauro Mamani, no en el paratexto de esta novela sino en otros trabajos académicos, quien propone el término para el caso de la obra narrativa de Manuel Scorza, por ejemplo. En efecto, en la novela de Padilla se narran sucesos acaecidos en la historia real peruana de los años 20 —con un protagonista que existió en realidad, el dirigente indígena puneño Ezequiel Urviola, y alrededor del cual vemos desfilar personajes históricos nuestros, como Augusto B. Leguía, Dora Mayer, Gamaliel Churata, Pedro Zulen, José Carlos Mariátegui—; pero de una forma no documentalista ni informativa, sino más bien ficcional, o, mejor aún, en la que se entremezcla tanto la ficción como la crónica y la historia. Destaca la prosa del maestro Padilla, la sintaxis adecuada al habla español del hombre andino, el juego de planos, la descripción del ambiente de la época (tanto de Lima como de Puno) y el retrato penetrante que ha logrado de un luchador social puneño, que desde ya es de agradecer.
La novela narra la vida, pasión y tormento de Ezequiel Urviola (1895-1925), aquel mestizo puneño que un día devino un indio más, desde la cabeza hasta los pies, por decisión íntima, antes de entregarse por completo a la lucha social en pro de los campesinos y obreros del Perú, y por los que padeció hasta luego de muerto, literalmente; un líder original y comunero proveniente del distrito de Muñani (Azángaro, Puno), quien derivó del pensamiento anarquista al socialista y de quien Mariátegui diría una tarde: “El indio Ezequiel Urviola representa la chispa de un incendio por venir”; un revolucionario quien luchó contra el despojo de las tierras de sus paisanos puneños por los hacendados y quien nunca se amilanó ante la enfermedad, la pobreza, las torturas y la soledad; un joven dirigente amante de la poesía de Baudelaire y de la gestión cultural al sur del país, pero más de la justicia social y la esperanza de un mejor mañana para los hijos y nietos de sus hermanos desposeídos. En fin, esta novela trata sobre un hombre bueno, quien peleó y murió por la defensa de los derechos de aquellos que aún hoy siguen reclamando justicia, a lo largo y ancho del Perú y la región hispanoamericana, y para los que todavía arde esa “chispa” dialéctica en sus espíritus.
Una novela escrita en Puno y, aunque editada en Lima, difundida casi exclusivamente en la región surandina del país, algo que lamentamos, pues este libro es de aquellos que bien debieran ser leídos en el Perú, más allá de cualquier frontera provinciana.

SOBRE EL AUTOR:
 Feliciano Padilla Chalco (Puno, 1944) es autor de cuentos y novelas de escenario andino, especialmente puneño y apurimeño. En 1992 y 1996 fue reconocido con la Mención Honrosa del Premio Copé de cuento (“Me zurro en la tapa” y “Amarillito Amarilleando”); en 1998 ganó el Primer Puesto en el concurso nacional Canto al Lago, organizado por el Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca (“El retorno de Qori Challwa”); y en 1999 ganó el Segundo Premio del 8.º Concurso Nacional de Cuentos, organizado por CEAL, de la Conferencia Episcopal Peruana (“A qué volviste, Nazario”). Además, en 1993 fue finalista del Concurso Nacional de Cuento César Vallejo, organizado por el diario El Comercio (“La huella de sus sueños sobre los siglos”).