NUESTRA BIENVENIDA

Tu amigo Bruno Medina Enríquez, Director de la Revista ASWAN QHARI, te da la bienvenida para que juntos construyamos los enlaces que nos ayudan a revalorar nuestra cultura y auspiciar un futuro promisorio, en la búsqueda de alcanzar el Sumac Causay, que nos hará libres en una nueva sociedad!!!



domingo, 1 de marzo de 2009

LA PANDILLA PUNEÑA


ACERCA DE NUESTRA TRADICION PANDILLERA

Lima, 20 de Febrero del 2009


Escribe : Javier Salas Ávila


Las fiestas carnestolendas como es natural, adquieren características propias en cada espacio geográfico, consubstanciándose con el tradicionalismo local, la cosmogènesis especifica de cada zona y las apetencias y modismos costumbristas locales.
Sin duda uno de los factores más importantes para determinar las diferenciaciones que se hallen, es el aspecto étnico.
Las razas y sus conglomerados o derivados sincréticos, determinan finalmente la especificidad de las costumbres festivas locales, dentro de las cuales se halla EL CARNAVAL.
La pandilla como el resultado de un proceso de mestizaje a lo largo de los años en que se encontraron más de una raza en el altiplano kollavino, inicia su aparición en espacios citadinos. En segunda instancia se halla, la intervención de las capas sociales en la manifestación del hecho artístico, se habla de que pobladores de las capas sociales mas bajas hayan sido los procesadores del hecho en mención. Yo me inclino por que fue la clase media, que es la que más recursos en creatividad y propuestas ha demostrado a lo largo de la historia del desarrollo de muchas ciudades.
LA PANDILLA, como manifestación artística integral es el fiel reflejo del modo de ser y sentir del puneño mestizo, no es solamente la danza por si sola, es el reflejo de todo un ordenamiento socio-costumbrista, (comida, vestimenta, lenguaje, modismos, música, coreografía, expresión corporal, técnica danzaria, etc)
Usualmente, el baile y la danza se han originado como una respuesta concomitante al estimulo rítmico-musical, eso es fácilmente deducible en el caso de la pandilla puneña como en tantos otros casos de expresión coreográfica en diferentes lugares del orbe.
Analicemos; en el aspecto rítmico del huayño pandillero, encontramos mucha variabilidad, eso se aprecia en la presencia de compases de amalgama, lo que le añade cierto grado de dificultad, sobre todo en la melografía al momento de expresar con exactitud los acentos pertinentes, ese detalle por ejemplo, le otorga singular belleza a nuestra huayño. Curiosamente además, los huayños que se definen como mas pandilleros o mejor bailables, son aquellos de compás ternario.
En el aspecto melódico, existe una enorme diferencia con huayños de otras regiones del Perú, esta característica se halla en la constitución del discurso melódico, y sin duda, esta herencia la tenemos de la música sikuriana, de donde provienen la sincopa y el contratiempo tanto regulares como irregulares.
En la estructura musical, interesa resaltar, el estilo interpretativo de las guitarras, inusual en otros lares, donde los “bordones” tradicionales, asumen el papel contrapuntistico, característica principal de nuestro huayño y que marca por lo tanto, una diferencia vital respecto de formas musicales similares.
En cuanto al “paso” de la danza, como respuesta a la estructura musical antes señalada, es explicable otra diferencia en relación a otros modos de bailar.
El zapateo Cusqueño, o el Ancashino o los saltitos alternando los pies al estilo Cajamarquino, no se asemejan en nada al paso de la pandilla puneña. Y a este paso, no debiera de llamársele “cojeadita”, porque no se baila rengueando, lo que implicaría desplazarse mostrando desbalanceo corporal. Por el contrario, el balanceo ondulante y equilibrado del paso de la pandilla puneña, muestra mas bien, una posición y un mensaje social de garbo, equilibrio, serenidad y autosuficiencia.
Quiero remarcar entonces, que el balanceo ondulante del paso del mozo y la cholita pandillera, no son otra cosa que el garbo mostrado en la expresión corporal, y a su vez, la respuesta rítmica exacta al estilo del huayño pandillero, que sin duda es el producto final de un estilo sincrético y depurado.