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jueves, 31 de mayo de 2007

LOS SIKURIS INVADEN LIMA

Los Sikuris Invaden Lima

Escribe: Bruno Medina Enríquez
(Publicado en el Diario Los Andes de Puno 05/05/07)

Desde que en los años 50 del siglo pasado los primeros grupos de sikuris comparten el oscuro aire de Lima, han bregado permanentemente para mantener esa identidad altiplánica en una cosmópolis que los pretende absorber en sus fauces hasta engullirlos irremediablemente.
Pero eso no ha sucedido ni creemos sucederá, los sicuris a lo largo de su presencia en Lima, han crecido, se han multiplicado, han engrandecido en gran medida su identidad, una de mas mejores muestras de esta invasión sikuriana es la que se realiza todos los años en el mes de mayo, con ocasión de la Fiesta de las Cruces.
Los sikuris empiezan a multiplicarse en Lima a partir de los años 70 una gran mayoría de instituciones de residentes puneños cuentan con sus tropas, hacia 1972 se forma los sikuris 27 de junio de la Asociación Juvenil Puno, cuya principal misión en el tiempo es la difusión de esta modalidad musical, sin embargo no es la única, como consecuencia de esta difusión se forman otras agrupaciones, así aparecen tropas de sikuris en diversas universidades, en clubes sociales, en parroquias, en centros educativos, en centros comunales y pueblos jóvenes, hasta crecer y multiplicarse, hoy ¡casi no hay! centro educativo, que no practique o por lo menos enseñe a sus alumnos al menos, soplar las cañas.
Los puneños celebran a la Cruz de Mayo en diferentes lugares, la mayoría son de los huancaneños que fueron los primeros que desde los años 60 celebran su fiesta patronal, así también lo hacen los moheños, conimeños, etc. La Santisima Cruz de “maderos” que exhiben los huancañeños se celebra en el Callao, en el conos su de Villa María del Triunfo, o en cono norte de Independencia, como en el mismo centro de Lima, cada quien a su mejor estilo.
Muy distinta es la Chacana Cruz de los sikuris, es una cruz de troncos bastante rústica, simboliza a la deidad andina precolombina, aunque gracias al sincretismo es adornada por un manto, una escalera y una lanza pero siempre acompañada del Sol y la Luna, las principales deidades andinas.
La celebración de la Chacana Cruz, se realiza desde el año 1980 cada 1º de mayo, es organizado por la asociación de sikuris, que agrupa a las diversas agrupaciones de sikuris que existen en Lima, llamados regionales (de residentes puneños, huancaneños, conimeños, ilaveños, yunguyeños, etc.) y metropolitanos (de las universidades San Marcos, Católica, Villarrreal, parroquias, barrios, etc) que suman más de 45 agrupaciones formalmente organizadas.
Los dos primeros años la Chacana Cruz fue celebrada solo por la insistencia de la AJP filial Lima, pero esa iniciativa es tomada los dos años siguientes por los zamponistas de San Miguel de Tuito, luego los sikuris de Conima o de Tilali, así cada año la fiesta va creciendo, por que años después se van incorporando a la festividad los diversos conjuntos metropolitanos, quienes también asumen en algún momento el “alferado de la Fiesta”, hasta llegar a este año en que por cuarta vez el Conjunto de Zampoñas de San Marcos asume el alferado. Este conjunto desde el 2005 participa en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, y en esta ocasión se ha preparado muy bien para celebrar la fiesta, con el apoyo del Centro Cultural de la Universidad se ha realizado una exposición museográfica, y un “Conversatorio” sobre el tema, siendo también ya una costumbre se han realizado las velaciones.
Finalmente el pasado 1º de mayo; luego de cumplir con la formalidad religiosa en el templo de San Francisco, las calles de Lima fueron invadidas por las tropas y conjuntos de sikuris y sikumorenos, el tronar de los bombos, el sonido agudo o profundo de las cañas, los tocados con plumas, los ponchos, las chaquetas o sombreros adornados de perlas, el ondular de las polleras de las imillas, cubrieron de colorido el cielo gris de Lima, como diciendo ¡aquí estamos porque jamás dejaremos de ser!. Luego de esta apoteosis en una ciudad donde el sikuri es visto con ojos turísticos, las agrupaciones se trasladaron a un local donde continuó la fiesta, que incluyó brindis, almuerzo y castillos, con la promesa de mantener incólume esta forma ancestral de nuestra identidad.