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viernes, 5 de noviembre de 2010

SIKURIS DE PUNO

Sikuri: ondas sonoras en los extramuros del mundo

Foto: Diario Los Andes

Escribe: Christian Reynoso
Diario Los Andes de Puno - Nacional - 04 nov 2010

Sería poco probable que alguien negase la emoción y el vértigo que se siente, cuando se está en Puno, escuchando, en el frío helado y cortante de la noche, el sonido de cientos de sikuris resoplando una y otra vez sus zampoñas y sikus, en un diálogo musical, pregunta respuesta, al ritmo de bombos que van marcando el paso. Importa poco que no se haya nacido o vivido en Puno. La sensación es igual.
Entonces se necesitará un efluvio líquido –si es un trago de pisco, mejor– para poder retener y contener en el corazón esa vibración sublime, caliente, quemante. Irá subiendo, despacio o quizá de golpe, desde el estómago hasta el pecho y explotará sólo cuando el cuerpo y los pies, sin resistencia, se dejen llevar por el vaivén de las ondas sikurianas, bailando y moviéndose sin tregua. El aire faltará, la respiración se acelerará y el latir del corazón producirá una espontánea taquicardia comparable a la que siente cuando se alcanza el amor.
En seguida, se verán callecitas pequeñas, atiborradas de gente, largos ponchos rojos, chullos abrigadores, ojotas con medias blancas de lana; se sentirán alientos de alcohol y coca, saliva dulce, tierra mojada; la plaza de Armas se verá iluminada por una luz neón, la Basílica Catedral se difuminará en medio del cielo oscuro hasta perderse en un punto blanco hacia el lado derecho que a la distancia será la estatua del inca Manco Cápac, erigida en el cerrito Huajsapata, desde donde señala al lago Titicaca. El frío nos invadirá nuevamente y entonces sabremos que estamos en Puno, en una noche de sikuris, en medio de cualquier fiesta, deshojando sonidos y ritmos, sintiéndonos en trance, con una mareación ascendente, casi “súper hombres”, como uno de los versos de Dante Nava.
Seremos poemas, poesías, cronopios y famas en medio de una constelación de sonidos. Quizá porque, ¿acaso sea el sikuri la voz que la Madre Tierra necesita para comunicarse con los extramuros del mundo, el cielo y el infierno? Y nosotros: sus escuchantes, sus danzantes, sus ejecutores, ¿los emisarios? Mísiles autopropulsados, poseídos por la velocidad y el vértigo de las ondas sonoras.

http://www.youtube.com/watch?v=ufeQD3PsPBs&feature=related
DOS
Estas palabras son escritas en medio de una música de sikuri. El estéreo repite las canciones del CD que contiene el concierto ofrecido por los Sikuris “27 de Junio Nueva Era”, en el cine teatro Municipal de Puno, hace 20 años, el 25 de julio de 1990. Material discográfico que ha sido producido para celebrar los 40 años de fundación de esta institución musical, siendo presentado en Lima, Puno y Buenos Aires.
El inicio de los “27 de Junio” se remonta al interés de jóvenes puneños radicados en Lima, estudiantes de las universidades de Ingeniería, Agraria La Molina y San Marcos, que confluyendo en un pensamiento de izquierda fundaron en 1970 la Asociación Juvenil Puno (AJP), con el fin de defender los derechos y articular a los migrantes puneños.
A los dos años, en 1972, crearon el conjunto “Zampoñas de la AJP” y, posteriormente, a su regreso a Puno, en 1979, fundaron el “Conjunto de Sikuris 27 de Junio”. A partir de entonces se conformaron bases en Arequipa, Cusco y Juliaca.
Después de 10 años, en 1989, momentos en que el Perú vivía la amenaza del terrorismo y el primer gobierno de Alan García llegaba a su término, y en Puno se vivía una ola de violencia, asesinatos y atentados; la presencia de Sendero Luminoso al interior de los “27 de Junio”, que pretendía ideologizar políticamente a sus integrantes, devino en la división del conjunto.
La institución musical perdía su razón de ser y corría el riesgo de convertirse en un espacio político para la cooptación militante de cuadros senderistas. Ante ello, dos liderazgos enfrentados terminaron en la escisión del conjunto. Por un lado se quedaron los “27 de Junio”, como tal –liderados por Rufino Pineda, los hermanos Ruso y Abel Núñez, entre otros–, continuando con sus ensayos en su local de la urbanización Puno; y por otro, se fundó –con César Suaña a la cabeza, la familia Loayza Choque y otros–, el denominado “27 de Junio Nueva Era”, que empezó sus ensayos en el parque Mariátegui.
Fueron los “Nueva Era” quienes en 1990 realizaron un concierto en el cine Municipal de Puno y que hoy podemos escucharlo en el referido CD. Pero también este concierto sirvió para romper el prejuicio que existía entonces, entre las agrupaciones de sikuris, de que éstas sólo debían ejecutar su música y arte en las calles y no en escenarios.
El CD “Sikuris 27 de Junio Nueva Era en concierto” contiene 14 canciones o “captaciones” de agrupaciones de sikuris de Huata, Conima, Cojata, Huancané, Taquile y Amantaní. Hecho que resulta alentador porque contribuye a que estos variados estilos del sikuri no se pierdan, pero al mismo tiempo, porque los “Nueva Era” deben sentirse obligados a crear composiciones propias. Felizmente se encuentran en ese camino, creando bajo la coordinación musical de Zenón Clemente Calizaya y la influencia del estilo sikuriano de Taquile.
El nombre “27 de Junio” fue asumido a raíz de los hechos ocurridos aquel mismo día en 1972, cuando a Puno llegó la primera dama Consuelo González de Velazco, y se generó un violento enfrentamiento entre las fuerzas del orden, los velazquistas y un grupo de estudiantes de izquierda radical de la Universidad Nacional Técnica del Altiplano (UNTA). Producto de ello, resultaron muertos los estudiantes Roger Aguilar, Augusto Lipa y la señora Candelaria Herrera, vendedora del mercado Central. Desde entonces, esta fecha es recordada en Puno como emblemática.
TRES
He recordado mi niñez, en la Urbanización Puno, a fines de los 80, donde los “27 de Junio”, todavía no divididos, tenían su local –una casa a medio construir que al parecer no tenía dueño, donde guardaban las zampoñas y los bombos–, todas las noches, a partir de las seis o siete, empezaban sus ensayos. Yo, para entonces, si aún seguía en la calle, ocupado con los amigos y amigas del barrio jugando entre los árboles y los jardines a juegos que de paso servían para “enamorarse” de las chicas “mayores” –entre ellas Silvia–, me quedaba a ver a esos hombres vestidos con ropas comunes que venían a soplar las zampoñas y que después, el día menos pensado, aparecerían con trajes especiales de ponchos y plumas, todos iguales.
Si no me quedaba hasta esa hora, era porque ya tenía que irme de la mano de mi abuela Mamilala, que venía a buscarme por las calles del barrio, apenas el cielo empezaba a oscurecer, para llevarme a casa. Era triste tener que irse dejando a Silvia que como chica “mayor” tenía más permiso que yo y también perderse de ver a los “27 de Junio” que, poco a poco, iban haciendo su ronda para ponerse a tocar. Ya había que salir más tarde, chalina a media cara, abrigo grueso de “soltero” y guantes de lana, para ver el final del ensayo –y también ver si por ahí andaba Silvia–, y poder comer una salchipapa en el cruce de Floral con La Torre.
Otras veces, los sonidos de los “27 de Junio” acompañaban la tarea que tenía junto a mi abuela, en el patio de la casa, de encender los mecheros y lámparas a kerosene y gas, minutos antes de las seis de la tarde en que religiosamente la luz eléctrica se apagaba en este sector de la ciudad. Pues, “Sendero” caminaba por las calles puneñas y había temor. Así, cada vez que no había ensayo de sikuris y tampoco luz, la urbanización Puno quedaba sumida en el silencio absoluto, hecho que para todos los vecinos resultaba extraño, ya que siempre estuvimos acompañados por el eterno sonido de los motores de la Planta Eléctrica que colindaba con la urbanización.
Después con el paso de los años, los “27 de Junio” se fueron a ensayar al parque de La Madre, al frente de la urbanización. Los amigos y amigas del barrio ya habíamos crecido. Dejamos de frecuentarnos y los juegos infantiles apenas quedaron guardados en nuestro recuerdo. Nunca más volví a ver a Silvia.

CUATRO
Con el correr de los años, el sikuri ha extendido sus sonidos e influencias musicales a otros espacios, más allá de las agrupaciones de sikuris, claro está, y de los grupos de música latinoamericanay folklórica, aunque estos últimos, en algunos casos, hayan convertido la fuerza del sikuri en un complaciente y plástico sonido romántico a la sazón de su estilización musical. Muestra de un botón: Kjarkas.
El sikuri ha sido adaptado y fusionado también por un creciente número de grupos de rock, hard rock y música electrónica, de diversas partes del mundo, que lo han integrado a sus composiciones musicales. Por citar algunos ejemplos, encontramos al grupo boliviano de thrash metal “Alcoholika”, que tiene entre sus mejores canciones, una interesante fusión de guitarra distorsionada y sikuri guerrero y agresivo, en sus temas “I am Bolivia” y “Raza de Bronce” . En Lima, podemos mencionar a “Kranium” que en un estilo denominado folk metal también asimilan instrumentos andinos entre ellos el siku . En Puno, el grupo Karma, viene haciendo una interesante mezcla donde, por ejemplo, se funden covers de Deep Purple con sikuri. A cualquiera de ellos se les encuentra en internet.
Por su parte, la Federación Regional del Folklore y Cultura de Puno, tiene afiliadas a 53 agrupaciones de sikuri, 20 de ellas en Puno ciudad y el resto provenientes de las distintas provincias y distritos de la región. En muchas otras ciudades del Perú, existen asociaciones y elencos de danza en torno al sikuri. En Lima, tanto la Universidad Nacional de San Marcos como la Pontificia Católica del Perú, tienen sus Asociaciones de Sikuris que, con el apoyo de las gestiones rectorales, desarrollan un importante trabajo de difusión musical. (¿Y la UNA?) y fui en Argentina, Chile, Bolivia, Estados Unidos, Austria y Francia también existen otras agrupaciones y/o asociaciones.
Hay la iniciativa de parte de los sikuris “27 de Junio Nueva Era” de proponer el primero de agosto como el Día Internacional del Sikuri, relacionándolo con el inicio de las celebraciones a la Pachamama según el calendario andino.
Cuestionables o no, innovadoras o repetitivas las fusiones, ahí está el espectro del sikuri, sus sonidos y su música, presente en los extramuros del mundo, como un viento cósmico que alela e invade las fibras más intimas del corazón de quien lo toca, lo escucha y lo baila.
http://www.youtube.com/watch?v=5MEph60c_No&feature=related
Sikuris 27 de Junio Puno