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Tu amigo Bruno Medina Enríquez, Director de la Revista ASWAN QHARI, te da la bienvenida para que juntos construyamos los enlaces que nos ayudan a revalorar nuestra cultura y auspiciar un futuro promisorio, en la búsqueda de alcanzar el Sumac Causay, que nos hará libres en una nueva sociedad!!!



lunes, 5 de noviembre de 2012

50 AÑOS DE BRISAS DEL TITICACA

Este es el verdadero Origen de Brisas del Titikaka, Celebramos sus 50 años de vida ...

El Origen
1961, LA MÚSICA FUE  EL  PUNTO DE PARTIDA.
«Puno cuna de poetas, pintores, músicos y de toda una diversidad de manifestaciones culturales y sociales. El puneño como tipo social, pone la simpatía, el corazón, la fe  compartida.
La música fue el punto de partida de la formación de Brisas del Titicaca, y precisamente fueron puneños con profunda sensibilidad humana y artística, quienes por ejecutar los huayños que con sus melodías los remontaban a la tierra querida, al entonar las canciones cargadas de recuerdos del ser amado y de paso tomarse unos traguitos, que permitían  alegría dentro de nuestra nostalgia, recordando a los seres queridos ausentes. Ya picaditos querían compartir con otros paisanos que también andaban cargados de emotividad y para contagiar alegrías y tristezas a partir de las 11 de la noche daban las famosas serenatas, dos o tres canciones eran suficientes para ingresar y continuar con la fiesta, muchas veces hasta el amanecer.
Después de recordar a los familiares, remontar nuestros pensamientos al terruño, los lloriqueos de costumbre, llegaba el apetito del chayrito que lo degustábamos con muchas ganas de comer el plato tradicional de los puneños.»
(1)

Este sentimental texto que con ese título fue escrito por Juan Carpio Mostajo para el primer artículo que se publica en 1997, (junto a otros antiguos briseños), en la edición Nº 13 de la revista Aswan Qhari dirigida por Bruno Medina Enríquez, es en verdad el real preámbulo de esta historia.
Como lo son los diversos textos publicados en dicha revista, que junto a la investigación personal, seconvierten en los materiales en los que fundamentalmente se basa este largo trabajo escrito sobre los orìgenes de Brisas del Titikaka.


Transcurría el año de 1961, cuando seis amigos, naturales de Puno y procedentes de distintas provincias, pero que tenían la dicha de pulsar un instrumento, se reúnen con el fin de interpretar algunas piezas musicales de la añorada tierra puneña.
Y así empieza el texto del segundo artículo que sobre la historia de Brisas del Titicaca, que fue escrito por Juan Carpio y que se publicó en el número 14 de la  revista Aswan Qhari de febrero de 1998 junto a la fotografía de los reales fundadores de Brisas del Titikaka.
Los integrantes de este grupo de amigos que se reunían desde  1961 fueron: Policarpo Miranda Mestas, (Vilquechico); Tommy Sardón Bacarreza, (Cojata); Jorge Rojas Gironda, (Juliaca); Armando Azcuña Niño de Guzmán, (Puno); Antonio Ontiveros Luna, (Huancané), que no era músico y Manuel Calderón (Yunguyo).
En la fotografía que se  exhibe, también están Benjamín Cordero y Miguel Alférez Calderón, que siendo inicialmente simpatizantes en 1961, se integraron al Conjunto para cuando ya se toma la fotografía en 1962.
Al encontrarse lejos, en tierras extrañas, deciden formar una agrupación musical, cuya finalidad sería la de difundir la música puneña, que en esa época estaba olvidada e ignorada, y sin difusión en los medios de comunicación.
Mientras la música de otros departamentos era muy difundida, la música  de Puno era poco conocida, estaba a la zaga, en cambio la de Junín era la que tenia mayor cantidad de difusores a nivel nacional y era muy promovido por medio del programa «Sol de los Andes» por Luis Pizarro Cerrón en radio El Sol de la Av. Uruguay y el Coliseo Lima, o el  Nacional de La Victoria; en nombre de Huancayo estaban en su apogeo el «Picaflor de los Andes», «La Flor Pucarina», «La Flor de Huancayo», «Las Hermanitas Zevallos»; por Ayacucho actuaban los  «Hermanos García Zárate», la «Lira Pausina», «Florencio Coronado», «Ima Sumac», por Ancash estaban el «Jilguero del Huascarán», la «Pastorita Huaracina», «La Huaracinita», la «Princesita de Yungay»; el Cusco tenia como  sus representantes a «Siwar Qente», el «Embajador de Quiquijana», el «Conjunto Condemayta», también Huancavelica era representado por el «Zorzal Negro» o las «Hermanas Sánchez».
En fin, la mayoría de los departamentos hacía gala de su acervo musical, inclusive estaban presentes los «Errantes de Chuquibamba» con sus tres integrantes Gilberto Cueva, Plinio Mogrovejo y Antonio Alarcón representando a Arequipa a través de las pocas emisoras radiales por donde se propalaba música del Perú  profundo.
La música de Puno realmente no era tomada en cuenta, estaba en el anonimato, casi nadie, excepción de los puneños llegados de su tierra, la conocían en Lima, una que otra grabación en discos de carbón de la autoría de Rosendo o Jorge Huirse eran escuchadas de vez en cuando, y eso porque lo había grabado algún artista criollo.
Quienes aman a su patria chica, su tierra, sabe que entonces y ahora, era y es preocupante esa situación de postergación y olvido de esas manifestaciones culturales, dentro de ellas las expresiones musicales, por esa razón en el grupo inicial de entonces en 1961, se plantearon las siguientes interrogantes, ¿qué hacer?, ¿mantener la indiferencia de los demás?, o contagiarse de la alegría del grupo. Si tenían la capacidad de ejecutar instrumentos musicales que cada uno poseía, voluntad no les faltaba al sexteto, mantenían los mismos deseos y cariño por la tierra donde habían nacido; sobre este grupo de músicos como de otros que en ese tiempo se sumaron,  recayó la enorme responsabilidad de fundar una institución que con el transcurso de los años y el esfuerzo de los puneños y otros peruanos, alcanzó el éxito de ahora, ellos han servido de pilares para construir  esa obra grandiosa que se llama Brisas del Titicaca.
Ellos fueron las iniciales antorchas briseñas que iluminaron con sus primeros rayos de luz, el alborada institucional, que ya cumplió cincuenta años.
Felizmente este grupo tuvo gran auspicio y entusiasmo para organizarse, contar con la aceptación y convocatoria entre la comunidad de puneños residente en Lima, fundamentalmente porque interpretaba muy esmeradamente la  música puneña, encontrando fácilmente una respuesta positiva de los amigos.
CONJUNTO MUSICAL  BRISAS DEL TITIKAKA
De 1962 es la fotografía de los únicos y reales fundadores, y que ha sido tomada en un estudio fotográfico de La Victoria, a pocos días de haberle dado el nombre de Conjunto Musical Brisas del Titikaka.
Están presentes de izquierda a derecha, parados: Jorge Rojas Gironda, con la guitarra; Cesar Antonio Ontiveros Luna, con el acordeón, Miguel Alférez Aguilar, fue un simpatizante y está con otro color de terno,  Benjamín Cordero otro simpatizante tiene el acordeón en los brazos,  Policarpo Miranda Mestas con la guitarra.
Sentados: Armando Azcuña Niño de Guzmán con el Charango; Tommy Felipe Sardón Bacarreza y  Manuel Calderón, con las  mandolinas.
Este ha sido pues el primer Conjunto Musical Brisas del Titikaka, que dio origen a la institución y que se presentaba en diferentes escenarios, su Promotor, primer Director y Presidente fue Policarpo Miranda Mestas, hasta su formalización como Centro Musical Brisas del Titikaka en 1965.

Policarpo Miranda Mestas
Nació el 31 de diciembre de 1918, en el distrito de Vilquechico en la provincia de Huancané, estudió su educación primaria en el pueblo de Cojata, casado con doña Palmira Eulogia Morales Miranda, residente en la ciudad de Lima a partir del año 1956, cuando tenía 38 años de edad, de profesión comerciante, perteneció a la «Asociación de Artistas Folklóricos del Perú», músico por excelencia, dominaba la guitarra y el Charango. 
En 1961 con varios amigos, todos músicos y naturales de Puno forman el Conjunto Musical Brisas del Titikaka, del cual fue su Director (1961-1966)., en los inicios de la vida institucional tuvo una intensa actividad a tal punto que brindó su casa del Jr. América Nº 649 Dpto. A.  La Victoria, convertida en el local institucional para los ensayos y sesiones (1963-1967). 
Integra la primera Junta Directiva del periodo 1966 a 1967 (Presidente Juan Carpio Mostajo) con el cargo de Director de Orquesta, Sub Director de Orquesta de 1967 a 1968 (Presidenta, Rosa Gutiérrez Chávez). A partir de 1968 frecuentó muy poco a la institución por razones de trabajo, a partir de 1975 nuevamente viene a Brisas, a pesar de estar ya con la salud quebrantada, solía acompañar al Elenco de Danzas y al Grupo Orquestal en todas las presentaciones, llevando los instrumentos musicales en su auto Volswagen.  En la época de crisis institucional, cuando no se contaba con local entre 1979 a 1982, fue integrante de la Directiva con el cargo de Tesorero (Presidente Luis Arenas Lozada), los instrumentos musicales estuvieron bajo su custodia; el 1 de noviembre del año 1980 el Elenco de Danzas y el grupo musical son invitados al aniversario de la ciudad de Huaral, al momento de abordar un taxi, mientras fue a cerrar la puerta de su casa, el taxista fugó con los ocho instrumentos. 
Será recordado como uno de los fundadores de «Brisas del Titikaka», el líder institucional, muchos lo recordamos como el «Tío Poli», «Papay»,  apelativos que cariñosamente los aceptaba. Falleció en Lima el año de 1984.
Tommy Felipe Sardón Bacarreza.
Nació el 29 de diciembre de 1917 en el distrito de Cojata, Provincia de Huancané en Puno.
Las impresiones que impactaron en su infancia son imborrable las llevó consigo toda su existencia, después de su progenitora, ubicaba a la madre tierra que lo viera nacer, decía, «donde quiera que nos encontremos la recordaremos siempre»
El cerro Q’ala Q’umo de Cojata fue un lugar de gratas reuniones de amigos, símbolo de esa gélida tierra y fuente de inspiración de compositores y poetas; Q’ala Q’umo en aymara significa piedra encorvada.
Casado con doña Luisa Abarca Palacios, perteneció  al Club de Tito de Cojata, músico por excelencia, tocaba la mandolina y el violín,  residente en la ciudad de Lima desde el año 1957 cuando tenía 40 años, domiciliado en la Av. Lima Nº 125, en Chorrillos, fue servidor y dirigente sindical de la oficina matriz del Banco Agropecuario en Lima.
Funda el «Conjunto Musical Brisas del Titikaka», integró la primera Junta Directiva de 1966-1967, bajo la Presidencia de Juan Carpio Mostajo ejerció el cargo de Sub-Director de Orquesta, integró la estudiantina hasta 1970, epoca en que difunde  huayños cargados de recuerdos y nostalgia hacia su tierra.
A partir de 1972 visitó el local institucional con mayor frecuencia, los fines de semana solía invitar a sus amigos del Banco para pasar momentos de distracción.
En 1996 durante la gestión Presidencial de Dino Arenas Lozada, la Asamblea General lo reconoce y es proclamado como Asociado Honorario de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca, por ser uno de los dos sobrevivientes del grupo fundador.
Dejó de existir el 15 de agosto de 2005.

Jorge Rojas Gironda.

Juliaqueño de nacimiento. 
Gran músico, dominaba la guitarra y la mandolina, Sastre de profesión, su residencia estaba en el Jr. Tarata 564 int. 8 en Barrios Altos.
Formó parte del grupo desde su fundación y luego en  la estudiantina de la institución hasta 1970 aproximadamente.
Muy cariñoso y respetuoso con la familia briseña, sus encuentros con los socios de la institución era con los brazos abiertos, su trato era en diminutivo, muy puntual para cualquier actuación de la institución; su fuerte era dar serenatas era el primero en llegar a ellas, las que terminaban en su casa o en casa de su sobrina la señora Bertha Rojas, pariente de nuestro consocio Miguel Biamón Rojas, dos razones para el apelativo de «Tío Rojitas», hecho que lo tomaba con mucha humildad y aprecio.
En todo el tiempo que estuvo en Brisas se ganó el cariño de toda la «muchachada» de aquel entonces, ya que se hizo tan popular por el sobrenombre de «Tío Rojitas» no solo porque era tio de una «chicas» muy alegres y simpáticas que concurrían entonces a Brisas, sino porque luego de cada ensayo o serenata, la gente siempre insinuaba en rematar en su casa de Barrios Altos, donde con gusto y mayor cariño recibía a los amigos compartiendo la alegría hasta el día siguiente; téngase en cuenta que era la costumbre ensayar los días sábados hasta cierta hora, luego se sugería a quién hay que darle la serenata, y si esta concluía temprano había que rematar en algún lugar, esperando que sea el día domingo y la casa del «tío» siempre estaba dispuesta.
Su entusiasmo y don de gentes le dio la oportunidad de ganarse la amistad y cariño de todos los briseños de todos los tiempos.
César Antonio Ontiveros Luna.
Nació en la ciudad de Huancané.
Residente en la ciudad de Lima desde finales de la década del 50, en la época en que se organiza Brisas él era estudiante de Derecho de la Universidad San Marcos, a la vez que también ejercía la función de secretario del Senador por Puno Enrique Torres Belón, en el congreso de la República.
En 1961 junto a otros cinco músicos todos puneños, en su habitación de estudiante del Jr. Gamarra 920 La Victoria, se gestó Brisas del Titikaka, donde de ser fundador, deviene en uno de sus principales promotores.
A pesar de no ser músico, por su entusiasmo y amor a la tierra que lo vio nacer pasó su nombre a la posteridad, como uno de los primeros protagonistas de la institución.
Su inquietud y entusiasmo hace que proporcione su autito marrón policromado del año 1950, a disposición del Conjunto Musical, en él llevaba a los integrantes del conjunto a todas sus presentaciones en público, así como a las serenatas que se programaban generalmente los fines de semana, después de los acostumbrados ensayos artísticos.
Al concluir sus estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la  Universidad de San Marcos y luego recibirse de Abogado, ya como profesional en funciones, se traslada a Juliaca donde fija su residencia y ejerce su profesión por varios años entre Juliaca y Puno, asumiendo en esos lugares diversas labores y actividades de reconocida probidad.
Murió entre los años 1980-1985
Armando Azcuña Niño de Guzmán.


Puneño de nacimiento pero desde su infancia vivió en Macusani, capital de la provincia de Carabaya, al pie del majestuoso nevado Allin Qhapaq.
 Fundador del Conjunto en 1961,  ejecutando el Charango. Integra el Elenco de Danzas desde 1965, a partir de 1972 sus visitas a la Institución fueron esporádicas hasta 1995, por haber ejercido su profesión en diversas ciudades del norte del país.
 En 1962 tuvo la virtud de estar en el cuartito de Antonio Ontiveros; cuando decidieron darle nombre al grupo musical que ya habían formado, su propuesta fue aceptada por mayoría,  «Conjunto Musical Brisas del Titikaka».
 En 1996 en la gestión Presidencial de Dino Arenas Lozada, la Asamblea General lo reconoce como Asociado Honorario de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca, calidad que ostenta hasta la fecha.
En la actualidad continua su labor de difusión cultural en diversos medios, siendo un excelente declamador de poesías en quechua en especial los poemas de César Vallejo, labor cultural  por la que ha sido reconocido como un gran cultor, habiendo recibido diplomas y condecoraciones por ello, en varias oportunidades por instituciones públicas y privadas.
Lo positivo de Armando es su don de gentes, su cordialidad, su nivel cultural,  su entrega y cariño a lo que significa cultura nacional, la misma que la practica todos los días y hecho que le ha deparado grandes amistades y mejores cariños y por demás respeto de quien lo conoce inclusive por primera vez.
Es autor de diversos datos aquí contenidos y un activo participante en este libro, contribuyendo con su información fresca y de primera fuente, los mismos que los confirma para darle real veracidad a la historia de los años aurorales de Brisas del Titicaca.
 
Manuel Calderón .
Nacido en Yunguyo.
Inquieto promotor de la amistad y el compañerismo, ha participado del primer grupo de música desde 1961 por lo tanto es considerado como uno de los 6 fundadores de Brisas del Titicaca en 1961, como músico se integró interpretando la mandolina participó en la agrupación desde 1961 a 1965.
Fue miembro de la Guardia Civil, hoy  Policía Nacional, muy entusiasta y querendón de la tierra de su procedencia, nunca faltaba a los ensayos, desde los inicios en el cuartito de Ontiveros, estaba presente casi siempre más temprano que todos; se regocijaba con las innumerables serenatas que tenían por finalidad de atraer el mayor número de codepartamentanos; su calidad de Policía garantizaba seguridad, cuando en altas horas de la noche, había que trasladarse de uno a otro extremo de la ciudad, a veces  poco ecuánimes.
En los primeros años de la actividad institucional y por su trabajo en el distrito de la Victoria, era asiduo asistente a todas las reuniones, pero por motivo de cambio de su lugar de trabajo se alejó de Brisas del Titicaca en los primeros años y no se ha tenido contacto ni referencias de él hasta el día de hoy.
Todos ellos son los verdaderos «Fundadores» de Brisas del Titicaca, sin embargo ha tenido que pasar mucho tiempo para que salieran de la bruma del olvido en que estuvieron, gracias a inquietas personas que se «preocuparon» que la ignominia del tiempo no los deje postergados; y estas líneas son una contribución esencial ad portas de cumplir cincuenta años de aquellos aurorales tiempos, en que su cariño a la tierra puneña, los impulsó a tomar la iniciativa que concluye en una institución imprescindiblemente necesaria, para la difusión de la cultura puneña, en todas sus manifestaciones.


UN  PRIMER DOCUMENTO  INTERNO
Citación del CENTRO MUSICAL BRISAS DEL TITICACA, con fecha 6 de Noviembre de 1962, que se hizo circular entre sus integrantes, con el objeto  de reunirse los días 7 y 8 de noviembre a las 8. p.m. en el Jr. América 693, La Victoria, a fin de realizar las solicitudes a los organismos públicos, ya que por disposición Ministerial y Municipal debían contar con tarjeta de artista y así poder actuar en teatros, radio, coliseos y TV, así como acordar ensayos, preparar grabaciones, etc.
Esta citación está dirigida a Tommy Sardón, lleva la firma del Secretario, Antonio Ontiveros, se puede verificar un sello de la Presidencia del Conjunto Musical BRISAS DEL TITIKAKA aunque a esa fecha ya se denominaba Centro Musical  Brisas del Titikaka, como dice el membrete subrayado, además tiene una anotación al margen para llamar urgente a Armando Azcuña Niño de Guzmán, a quien le decían «Niñito de Guzmán», cuyo teléfono se registra sobre el  sello con el número 29114.

PRIMERA ACTUACIÓN, LOCAL Y NOMBRE
El primer local de reuniones que tenía el grupo los días sábados de 1961,  fue una pequeña y sencilla habitación del entonces estudiante de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el joven Antonio Ontiveros Luna, ubicada en el  segundo piso del Jr. Gamarra 920, en el distrito de La Victoria. Es en esta humilde habitación donde se sienta la partida de nacimiento de Brisas del Titikaka.
Antonio Ontiveros paralelamente a sus estudios, ejercía sus labores de Secretario del Dr. Enrique Torres Belón, entonces Senador por Puno, durante  el gobierno de Manuel Prado. 


Una de las primeras actividades que realizaron con el objetivo de conservar en Lima las tradiciones de nuestro pueblo, fue la celebración del Aniversario de Puno en noviembre de 1961, con un programa que duró varios días y actuaciones públicas en emisoras radiales, en especial en Radio Continente y Radio Nacional, y que en realidad fueron las primeras actuaciones públicas del Conjunto.
La tarjeta que se exhibe en dos partes, es el primer documento público que circula entre la comunidad Puneña, por parte del Conjunto Musical Brisas del Titikaka, con  el programa a desarrollarse en esta celebración, donde destaca el «Baile Social», que se realizó en local de la Federación de Empleados Bancarios del Paseo Colón 299.

La asistencia a la primera actividad de Brisas gozando del ameno Bautizo.

Fiesta donde luego de la ceremonia protocolar en homenaje a Puno, se ofrece una «Champañada», se exhibe por primera vez la «Pandilla Puneña» y se realiza un Bautizo de 2 «Tanta Guaguas», para luego concluir en una fiesta social amenizada por la orquesta Rosallini  y la participación del Conjunto Brisas del Titikaka y otras dos estudiantinas, contando con amplia asistencia de puneños, que superó las expectativas iniciales.
El bautizo de T’anta guagua  contó con la animación de Florencio Torres Ramos, conocido payaso puneño, que se hacía llamar «Chicharrón», quien junto con su esposa «Doña Mechita», artista chilena,  y otro payaso llamado «Cascarita», condujeron tan animada reunión para el deleite de los asistentes.
Esta fiesta tradicional había sido preparada con mucha inquietud, inclusive en la cuidadosa elaboración de la «guagua» de pan por parte de las señoras, así como la participación especial en el programa, de parte de los «padres» y «padrinos», como la parafernalia y protocolo a cargo de los animadores del bautizo, «el cura Chicharrón» y su «sacristán Mechita», quienes escenificaron la parodia tan amena que fue del jolgorio de los presentes.
Brisas del Titikaka también participó en las diversas actividades que organizaban las Instituciones Puneñas, como en la fiesta patronal de «Tata Pancho» de Yunguyo, una de las más antiguas fiestas patronales de puneños en Lima, originada con la década de 1960.
La participación del Conjunto se hizo frecuente en diversas reuniones, así como en las serenatas que acostumbraron a ofrecer a los amigos, puneños, asociados y simpatizantes, los días sábados después de los ensayos; actuaban por «amor al arte» y a Puno; nadie solventó sus gastos desde 1961 a 1967; una de sus primeras actuaciones en público se realizó con ocasión de la llegada a Lima de la Primera  Embajada Folklórica de Puno, de música y danzas a cargo del Instituto Americano de Arte de Puno que presidía el Dr. Enrique Cuentas Ormachea, durante el homenaje y agasajo del miércoles 8 de agosto de 1962 que la «Central de Instituciones Puneñas», le ofreció en su local de la cuadra 4 del Jr. Puno (antiguo local de la ANEA), después del cuarto día de su exitosa presentación en el Teatro Segura de Lima; las diversas notas periodísticas de Agosto de 1962 de esta importante actuación artística y folklórica, son reproducidas en páginas anteriores, donde se trata el tema de presencia puneña en Lima; en una de esas notas se menciona al poeta y políglota  Juan Villalba, quien representaba a Brisas del Titicaca, sin embargo en el texto de la nota no se nombra al conjunto musical, por ser entonces poco conocido.
Es decir, antes del 4 de noviembre de 1962, en que hoy es considerado «oficialmente» como su fecha de nacimiento, Brisas del Titicaca ya existía como agrupación musical y con nombre propio, en plena actividad artística.
En noviembre de 1962, después de casi un año de reuniones y ensayos, optan por darle un nombre a este grupo musical en formación, hubieron varias propuestas, como Centro Musical Puno, Estudiantina Altiplano, Conjunto Musical Collao, Cuerdas del Altiplano y otras; hasta que el joven, casi adolescente, Armando Azcuña Niño de Guzmán propone que se denomine, «Conjunto Musical Brisas del Titikaka»; luego de haberse sometido a un amplio debate, fue aprobado por unanimidad darle este nombre, y Titikaka con «k» por ser una expresión aymará, hecho que para confirmarlo se recurrió al diccionario de Ludovico Bertonio,(2)  un grueso volumen con pasta de cuero de oveja, que obraba en poder de Policarpo Miranda, desde sus años de residencia en Puno.
Es así como el cuartito del estudiante Ontiveros fue el mudo testigo de esta designación, nombre que perdurará por siempre mientras subsista como institución al servicio de la cultura peruana y preferentemente puneña.
Hay que tener en cuenta que, además de tomar el nombre del Conjunto, se designa a sus representantes y/o directivos, asumiendo la dirección del Conjunto Musical, Policarpo Miranda Mestas, la Secretaría Antonio Ontiveros Luna, la Tesorería estuvo a cargo de Tommy Sardón Bacarreza y la Secretaría de Relaciones Públicas a cargo de Armando Azcuña Niño de Guzmán, responsabilidades de dirección que son ejecutadas también por otras personas en los siguientes años, hasta el 5 de febrero de 1966, cuando se elige a la primera Junta Directiva. 
El grupo musical formado inicialmente en 1961, a noviembre de 1962 se llamaba Conjunto Musical Brisas del Titikaka y también Centro Musical Brisas del Titikaka, y el Director del Conjunto, Policarpo Miranda, era considerado el Presidente del Centro Musical.
Al respecto de este asunto, en la revista Aswan Qhari(3) se publicó que días antes de que el Profesor Juan José Carpio Mostajo fuera elegido Presidente, la dirección institucional estuvo a cargo de las siguientes personas: Director: Policarpo Miranda Mestas, Secretario: Ricardo Lenz Sánchez, Fiscal: Moisés Luque Vásquez, es decir siempre existía un Comité Directivo que conducía las acciones institucionales, por lo que la presencia y el reconocimiento a Policarpo Miranda Mestas debe ser permanente como el primer promotor, forjador  y fundador briseño. Se debe tener en cuenta que desde un principio tuvo la preocupación de lograr el reconocimiento legal de la institución, por esta razón, en una gestión realizada ante la Casa de la Cultura (INC), ésta entidad le hace de conocimiento mediante el oficio 41-F de enero de 1966, que con el Nº 267-CJ, ha inscrito en su libro de registros, al Centro Musical Brisas del Titikaka» como «Institución Cultural».
En el tiempo, con la suma de los músicos y otros amigos que se integraron, la habitación de Antonio Ontiveros Luna resultó muy pequeña para las reuniones y los ensayos, ya que se dejaba notar la incomodidad y estrechez; para superar esta situación se acepta el gentil ofrecimiento de Policarpo Miranda Mestas, quien con la anuencia de su esposa doña Palmira Morales de Miranda, e hijos, ceden su casa ubicada en el Jr. América 649 Dpto. A, en el mismo popular distrito de La Victoria, donde entonces como hoy, había gran concentración de comerciantes provincianos y que era identificada como el sumun de la presencia provinciana en la ciudad de Lima, sin considerar las nacientes y marginales «barriadas» (hoy distritos, pueblos jóvenes o asentamientos humanos).
De este modo también fue, que durante cuatro años el domicilio de Policarpo, se convirtió en el local institucional, allí se realizaban las reuniones de coordinación, las sesiones, asambleas y los ensayos del Conjunto Musical, y cuando el número de integrantes se incrementó, incluida la presencia de damas, la azotea de la casa se convirtió en lugar donde se realizaban los ensayos del primer elenco de danzas, con el conjunto, ejecutando la tradicional Pandilla Puneña, reuniones que en realidad se convertían en pequeñas fiestitas efectuadas los días sábados en las primeras horas de la noche, y más de las veces continuadas más tarde en las serenatas, donde iban  especialmente los músicos y quien deseara «continuarla».
 Inicialmente desde el año 1961 hasta 1964, participaron como vocalistas del Conjunto las cantantes ancashinas «La Huarasinita» y la soprano «Sumac Kolla», «Jawas Pankarita», quienes además de interpretar canciones puneñas, también compartían música de otras regiones del Perú, siendo acompañadas por el grupo musical en las diversas actuaciones, públicas y privadas que se dieron durante ese tiempo, como en aquella ocasión del homenaje que la Central de Instituciones Puneñas, le tributó a la Primera Embajada Folklórica que llegó de Puno en agosto de 1962.

LA Flor Moheña

Una destacada vocalista de origen puneño fue la señora Flora Valdéz Mendoza de Málaga, entonces ella actuaba con el nombre artístico de «La Flor Moheña», su entusiasmo, dedicación 

y colaboración fue muy importante en los albores de la institución, esta dama debutó en Radio Nacional del Perú el 4 de noviembre de 1964, con el  Conjunto Musical Brisas del Titikaka, celebrando el  Aniversario de Puno, y entonando con profundo sentimiento, esos populares huayños, «Varios Autores», «Kunatakiraki», «Cerrito de Huajsapata»; con los que cautivó en demasía a la audiencia que se había concentrado en la radio, sobre quien se comentará más adelante.
 

BRISAS EN LOS MEDIOS PÚBLICOS
 Las posteriores actuaciones públicas del Conjunto Musical Brisas del Titicaca, se realizaron en Radio Nacional del Perú, en Radio El Sol y en otras emisoras radiales, especialmente con motivo del Aniversario de Puno, en noviembre de cada año, que además coincidía con el aniversario de su primera actuación en una  emisora radial, también se presentaron con gran éxito en el Canal 2 de TV del  Sr. Cavero Dubois, que funcionaba en el edificio de su propiedad en la Av. Tacna Nº 229, hasta donde llegaron en varias oportunidades.
Sin embargo en el popular programa «Takiyninchis»  de Radio Nacional del Perú, que conducía en esos años un señor de apellido  Farfán, de origen cuzqueño, y que luego fue conducido por  César Negreiros Pascua, se logró el mayor de los éxitos en cuanto a la difusión radial de interpretaciones del Conjunto y de la música puneña, ya que a ese programa fueron permanentemente invitados.
También actuaron en varias oportunidades en el local «Costa Azul», un local nocturno (Night Club) ubicado entre el Jr. Puno y Jr. Carabaya, donde se presentaban artistas de diversa índole y donde Brisas obtuvo grandes aplausos.
A partir de 1963 gracias al éxito de las primeras presentaciones se incorporaron otros músicos como Humberto Miranda Montes de Oca, Julio Alarcón Flores, Rogelio Angles, Antonio Pinazo, Carlos Cano Rojas, Ricardo Calderón Luna, Luis Iriarte Carpio entre otros, quienes con su presencia, reforzaron en gran medida al novel conjunto.
Es anecdótico este hecho acontecido allá por el año 63, de cuando y cómo incorporaron al grupo al amigo Humberto Miranda; sabiendo que era músico, fueron a darle una serenata por su onomástico en su domicilio de entonces, en la urbanización Ciudad y Campo en el distrito de Rímac, Humberto al escuchar la música de nuestra tierra, se encandiló y su emoción sobrepasó las expectativas, por lo que inmediatamente aceptó integrarse al conjunto, con su acordeón de botones blancos y quedándose desde entonces hasta hoy en la institución, ya  que se le ve esta vez con su mandolina, donde la Estudiantina tenga ensayo o actuación.
Esta táctica de incorporar a más puneños se repitió permanentemente, lo hicieron con muchos amigos por varios años con tan muy buenos resultados, mejor aun si eran músicos; una de las últimas personas que «conquistaron» utilizando esta táctica hacia 1966, fue a don Carlos Cano Pinazo, quien se incorporó a la institución días después con mucho entusiasmo y con toda su familia, para después asumir roles protagónicos en la Institución.
Este fue un método por el que el número de personas en torno a Brisas del Titikaka se incrementó rápidamente, que en julio de 1967, acudieron a votar en la Asamblea eleccionaria 56 asociados debidamente registrados.
Con respecto a las actuaciones y la amplia convocatoria que realiza Brisas en esos primeros años, transcribimos un párrafo digno para un anecdotario, y que fue escrito por los primeros protagonistas(4), con la redacción de Juan Carpio, donde se relatan hechos que se han repetido reiteradamente por más de 5 años, como en muchas oportunidades.
    «Como se había instituido las serenatas sabatinas, acordamos marchar hacia Salamanca de Monterrico, un sábado de 1965, llegamos al domicilio del paisano y amigo, el conjunto musical ejecutaba magistralmente sus melodías puneñas, cuyas coplas y versos eran interpretadas a perfección y con profundo sentimiento por la señora Flora Valdez de Málaga, habíamos cumplido con las tres ejecuciones de «ley» (porque también había normas) no encendían la luz y tampoco se notaba que los dueños estuvieran dentro. Un poco desanimados, con plan de irnos a otro sitio porque la noche era larga, nos aprestábamos a retirarnos, cuando el vecino de la persona que fuimos a visitar, abrió su puerta y con modales de buen amigo, con mucha gentileza nos invitó a pasar a su domicilio; invitación que cumplimos gentilmente porque ganas no faltaban, ya estando dentro vinieron primero los «whiskys» que nos había de «picar los dientes» por falta de costumbre; y luego de algunas cajitas de cerveza cuya cantidad era para amanecernos. Tragos van y tragos vienen, se identifica el señor como arequipeño, hace levantar a su esposa y su sobrina que eran procedentes del norte y se llamaba Miguel Díaz Escalante (Q.E.P.D.); quien impactado por las canciones puneñas cuenta casi parte de su infancia, que algunos años atrás los pasó en Puno por razones de trabajo de sus padres: y que al escuchar esas melodías siempre se acordaba: manifestando en varios momentos que estaba viviendo instantes de grata recordación. Añoraba a su hijo que estaba en Estados Unidos y fue Humberto Miranda quien sugirió que le podríamos grabar una cinta en su equipo casero para que le mandara ese recuerdo a su hijo. No bien terminó de escuchar esa sugerencia, dispuso que las cervezas y cigarrillos se duplicaran en cantidad e invitó a su esposa para que los utensilios de la cocina también se pusieran en movimiento. Flora Valdéz «La Flor Moheña» esa noche se lució ejecutando con mucho arte las canciones puneñas, admirable su memoria, era  un manantial de huayños, no se agotaron sus colas de canciones, hasta que rayó la aurora anunciándonos un nuevo amanecer, hecho que nos obligaba a retirarnos. Muy bien atendidos, dejando una grata impresión, nos retiramos disciplinadamente aunque un poquito apenados porque sobró algunas cervecitas. El señor Díaz Escalante, inscrito como socio, después, obsequió dos guitarras «Falcón» para Brisas, asistía puntualmente a nuestras actividades demostrando a cabalidad la decencia en sus actos. Un gran señor y un mejor socio.
    Para Flora Valdéz Mendoza, esa noche la cinta que se grabó para Estados Unidos quedó chica, su garganta de donde arrancaba melodiosas canciones no se hizo ni mella y demostró su gran capacidad memorística.
"
    Fue la noche de su consagración como vocalista del «Centro Musical  Brisas del Titikaka».
Toda una muestra de cariño, respeto y amor a la tierra puneña de parte de los iniciales forjadores de Brisas del Titikaka, mostrados a través de la entrega total, llena de voluntad y espíritu desinhibidos de egoísmo en favor de la música, que es parte de la vida indispensable para un puneño, que pretende no ser un desarraigado, más aun cuando está lejos de su terruño.

EN LAS TRADICIONES
En los Carnavales briseños de entonces

En los carnavales de 1964 se realizó un paseo campestre al estilo y semejanza de los que se realizan en Puno, se dirigieron al fundo Ancieta Baja de propiedad de Wenceslao Hurtado, admirador de la música puneña, donde el señor Hurtado los recibió gustosamente; en este fundo hoy se han asentado las Cooperativas de vivienda Huancayo y San José a orillas del río Rímac en el distrito de El Agustino.
Para trasladarse a ese lugar lo hicieron como se hacía  en la tierra, en un camión de carga de propiedad del Sr. Francisco Ordóñez, conocido con el apelativo de «Cachirulo», esposo de doña Cecilia Bolaños, amigos y socios de la institución acudieron mas de 35 personas.
Al retornar del paseo campestre el entusiasmo del grupo briseño fue compartido con un inquieto amigo, Dulio Vidal, quien los llevó a su domicilio, en Barrios Altos, luego llegar a la casa de Policarpo Miranda, quien gracias a su iniciativa, propuso al grupo de músicos y danzarines concluir la jarana en el parque de El Porvenir ubicado a unas cuadras del domicilio, hecho que causó gran admiración entre el público, como evidencias quedan las fotografías de las damas asistentes que estaban ataviadas con su traje pandillero.
Esta demostración artística en el parque, fue la primera presentación de Brisas en las calles de Lima, con danzarines  y Estudiantina.
El Centro Musical Brisas del Titikaka, fue pionero en la difusión y expansión del folklore puneño y peruano en los colegios de la capital. Las primeras instituciones educativas que visitaron fueron el Colegio Zoila Aurora Cáceres en la Av. Arequipa del distrito de  Lince y el Colegio La Salle en Breña. Hoy para orgullo y beneplácito  del puneño, se propala e irradia en casi todos los colegios del país; Brisas dio el primer paso fundamental  siendo el encomiable ejemplo seguido posteriormente.
La Municipalidad de Lima el 6 de julio de 1965, preparó y realizó un homenaje para los Maestros, a donde Brisas del Titicaca es invitada para participar en la actuación artística.
En el Palacio Municipal Brisas del Titikaka presentó una muy aplaudida exhibición, donde estuvo presente el Alcalde de entonces, Luis Bedoya Reyes.
Para la actuación el grupo de Brisas fue reforzada por el conjunto Alma  Collavina,  con quienes preparan e interpretan la Pandilla Puneña; para el caso, diversas personas entre varones y damas, esposas o parientes, conformaron un grupo de 6 parejas que con su atuendo pandillero, presentaron una excelente actuación que fue muy aplaudida por los asistentes de esa actividad oficial.
Como gesto de agradecimiento el Alcalde Bedoya Reyes les entregó un diploma de reconocimiento y se complació en tomarse fotografías con los artistas puneños, músicos y danzarines.

1965, Brisas del Titikaka y Alma Colavina cob el Alcalde Bedoya

Aunque el elenco de la institución aún no estaba todavía organizado, el entusiasmo de los danzarines fue desbordante en aquellos tiempos aurorales,  incluida la voz de la «Flor Moheña», Flora Valdez, que también participó como vocalista en esa actuación de la Municipalidad de Lima; ese gran éxito logrado en esa presentación creó la necesidad de contar formalmente con un elenco de danzas, el que empezó a organizarse en los siguientes días, convocándose a diversos jóvenes e hijos de los briseños, iniciativa que alcanzó sus objetivos cuando se concretó su primera actuación pública en diciembre de ese año.


EL PRIMER  GRUPO ORGANIZADO DE DANZAS

A finales de 1965, luego de la presentación que se realizó en la Municipalidad de Lima, se había creado la necesidad de contar con un grupo de danzas propio,  ......
.... CONTINUARA.....