NUESTRA BIENVENIDA

Tu amigo Bruno Medina Enríquez, Director de la Revista ASWAN QHARI, te da la bienvenida para que juntos construyamos los enlaces que nos ayudan a revalorar nuestra cultura y auspiciar un futuro promisorio, en la búsqueda de alcanzar el Sumac Causay, que nos hará libres en una nueva sociedad!!!



viernes, 5 de noviembre de 2010

SIKURIS DE PUNO

Sikuri: ondas sonoras en los extramuros del mundo

Foto: Diario Los Andes

Escribe: Christian Reynoso
Diario Los Andes de Puno - Nacional - 04 nov 2010

Sería poco probable que alguien negase la emoción y el vértigo que se siente, cuando se está en Puno, escuchando, en el frío helado y cortante de la noche, el sonido de cientos de sikuris resoplando una y otra vez sus zampoñas y sikus, en un diálogo musical, pregunta respuesta, al ritmo de bombos que van marcando el paso. Importa poco que no se haya nacido o vivido en Puno. La sensación es igual.
Entonces se necesitará un efluvio líquido –si es un trago de pisco, mejor– para poder retener y contener en el corazón esa vibración sublime, caliente, quemante. Irá subiendo, despacio o quizá de golpe, desde el estómago hasta el pecho y explotará sólo cuando el cuerpo y los pies, sin resistencia, se dejen llevar por el vaivén de las ondas sikurianas, bailando y moviéndose sin tregua. El aire faltará, la respiración se acelerará y el latir del corazón producirá una espontánea taquicardia comparable a la que siente cuando se alcanza el amor.
En seguida, se verán callecitas pequeñas, atiborradas de gente, largos ponchos rojos, chullos abrigadores, ojotas con medias blancas de lana; se sentirán alientos de alcohol y coca, saliva dulce, tierra mojada; la plaza de Armas se verá iluminada por una luz neón, la Basílica Catedral se difuminará en medio del cielo oscuro hasta perderse en un punto blanco hacia el lado derecho que a la distancia será la estatua del inca Manco Cápac, erigida en el cerrito Huajsapata, desde donde señala al lago Titicaca. El frío nos invadirá nuevamente y entonces sabremos que estamos en Puno, en una noche de sikuris, en medio de cualquier fiesta, deshojando sonidos y ritmos, sintiéndonos en trance, con una mareación ascendente, casi “súper hombres”, como uno de los versos de Dante Nava.
Seremos poemas, poesías, cronopios y famas en medio de una constelación de sonidos. Quizá porque, ¿acaso sea el sikuri la voz que la Madre Tierra necesita para comunicarse con los extramuros del mundo, el cielo y el infierno? Y nosotros: sus escuchantes, sus danzantes, sus ejecutores, ¿los emisarios? Mísiles autopropulsados, poseídos por la velocidad y el vértigo de las ondas sonoras.

http://www.youtube.com/watch?v=ufeQD3PsPBs&feature=related
DOS
Estas palabras son escritas en medio de una música de sikuri. El estéreo repite las canciones del CD que contiene el concierto ofrecido por los Sikuris “27 de Junio Nueva Era”, en el cine teatro Municipal de Puno, hace 20 años, el 25 de julio de 1990. Material discográfico que ha sido producido para celebrar los 40 años de fundación de esta institución musical, siendo presentado en Lima, Puno y Buenos Aires.
El inicio de los “27 de Junio” se remonta al interés de jóvenes puneños radicados en Lima, estudiantes de las universidades de Ingeniería, Agraria La Molina y San Marcos, que confluyendo en un pensamiento de izquierda fundaron en 1970 la Asociación Juvenil Puno (AJP), con el fin de defender los derechos y articular a los migrantes puneños.
A los dos años, en 1972, crearon el conjunto “Zampoñas de la AJP” y, posteriormente, a su regreso a Puno, en 1979, fundaron el “Conjunto de Sikuris 27 de Junio”. A partir de entonces se conformaron bases en Arequipa, Cusco y Juliaca.
Después de 10 años, en 1989, momentos en que el Perú vivía la amenaza del terrorismo y el primer gobierno de Alan García llegaba a su término, y en Puno se vivía una ola de violencia, asesinatos y atentados; la presencia de Sendero Luminoso al interior de los “27 de Junio”, que pretendía ideologizar políticamente a sus integrantes, devino en la división del conjunto.
La institución musical perdía su razón de ser y corría el riesgo de convertirse en un espacio político para la cooptación militante de cuadros senderistas. Ante ello, dos liderazgos enfrentados terminaron en la escisión del conjunto. Por un lado se quedaron los “27 de Junio”, como tal –liderados por Rufino Pineda, los hermanos Ruso y Abel Núñez, entre otros–, continuando con sus ensayos en su local de la urbanización Puno; y por otro, se fundó –con César Suaña a la cabeza, la familia Loayza Choque y otros–, el denominado “27 de Junio Nueva Era”, que empezó sus ensayos en el parque Mariátegui.
Fueron los “Nueva Era” quienes en 1990 realizaron un concierto en el cine Municipal de Puno y que hoy podemos escucharlo en el referido CD. Pero también este concierto sirvió para romper el prejuicio que existía entonces, entre las agrupaciones de sikuris, de que éstas sólo debían ejecutar su música y arte en las calles y no en escenarios.
El CD “Sikuris 27 de Junio Nueva Era en concierto” contiene 14 canciones o “captaciones” de agrupaciones de sikuris de Huata, Conima, Cojata, Huancané, Taquile y Amantaní. Hecho que resulta alentador porque contribuye a que estos variados estilos del sikuri no se pierdan, pero al mismo tiempo, porque los “Nueva Era” deben sentirse obligados a crear composiciones propias. Felizmente se encuentran en ese camino, creando bajo la coordinación musical de Zenón Clemente Calizaya y la influencia del estilo sikuriano de Taquile.
El nombre “27 de Junio” fue asumido a raíz de los hechos ocurridos aquel mismo día en 1972, cuando a Puno llegó la primera dama Consuelo González de Velazco, y se generó un violento enfrentamiento entre las fuerzas del orden, los velazquistas y un grupo de estudiantes de izquierda radical de la Universidad Nacional Técnica del Altiplano (UNTA). Producto de ello, resultaron muertos los estudiantes Roger Aguilar, Augusto Lipa y la señora Candelaria Herrera, vendedora del mercado Central. Desde entonces, esta fecha es recordada en Puno como emblemática.
TRES
He recordado mi niñez, en la Urbanización Puno, a fines de los 80, donde los “27 de Junio”, todavía no divididos, tenían su local –una casa a medio construir que al parecer no tenía dueño, donde guardaban las zampoñas y los bombos–, todas las noches, a partir de las seis o siete, empezaban sus ensayos. Yo, para entonces, si aún seguía en la calle, ocupado con los amigos y amigas del barrio jugando entre los árboles y los jardines a juegos que de paso servían para “enamorarse” de las chicas “mayores” –entre ellas Silvia–, me quedaba a ver a esos hombres vestidos con ropas comunes que venían a soplar las zampoñas y que después, el día menos pensado, aparecerían con trajes especiales de ponchos y plumas, todos iguales.
Si no me quedaba hasta esa hora, era porque ya tenía que irme de la mano de mi abuela Mamilala, que venía a buscarme por las calles del barrio, apenas el cielo empezaba a oscurecer, para llevarme a casa. Era triste tener que irse dejando a Silvia que como chica “mayor” tenía más permiso que yo y también perderse de ver a los “27 de Junio” que, poco a poco, iban haciendo su ronda para ponerse a tocar. Ya había que salir más tarde, chalina a media cara, abrigo grueso de “soltero” y guantes de lana, para ver el final del ensayo –y también ver si por ahí andaba Silvia–, y poder comer una salchipapa en el cruce de Floral con La Torre.
Otras veces, los sonidos de los “27 de Junio” acompañaban la tarea que tenía junto a mi abuela, en el patio de la casa, de encender los mecheros y lámparas a kerosene y gas, minutos antes de las seis de la tarde en que religiosamente la luz eléctrica se apagaba en este sector de la ciudad. Pues, “Sendero” caminaba por las calles puneñas y había temor. Así, cada vez que no había ensayo de sikuris y tampoco luz, la urbanización Puno quedaba sumida en el silencio absoluto, hecho que para todos los vecinos resultaba extraño, ya que siempre estuvimos acompañados por el eterno sonido de los motores de la Planta Eléctrica que colindaba con la urbanización.
Después con el paso de los años, los “27 de Junio” se fueron a ensayar al parque de La Madre, al frente de la urbanización. Los amigos y amigas del barrio ya habíamos crecido. Dejamos de frecuentarnos y los juegos infantiles apenas quedaron guardados en nuestro recuerdo. Nunca más volví a ver a Silvia.

CUATRO
Con el correr de los años, el sikuri ha extendido sus sonidos e influencias musicales a otros espacios, más allá de las agrupaciones de sikuris, claro está, y de los grupos de música latinoamericanay folklórica, aunque estos últimos, en algunos casos, hayan convertido la fuerza del sikuri en un complaciente y plástico sonido romántico a la sazón de su estilización musical. Muestra de un botón: Kjarkas.
El sikuri ha sido adaptado y fusionado también por un creciente número de grupos de rock, hard rock y música electrónica, de diversas partes del mundo, que lo han integrado a sus composiciones musicales. Por citar algunos ejemplos, encontramos al grupo boliviano de thrash metal “Alcoholika”, que tiene entre sus mejores canciones, una interesante fusión de guitarra distorsionada y sikuri guerrero y agresivo, en sus temas “I am Bolivia” y “Raza de Bronce” . En Lima, podemos mencionar a “Kranium” que en un estilo denominado folk metal también asimilan instrumentos andinos entre ellos el siku . En Puno, el grupo Karma, viene haciendo una interesante mezcla donde, por ejemplo, se funden covers de Deep Purple con sikuri. A cualquiera de ellos se les encuentra en internet.
Por su parte, la Federación Regional del Folklore y Cultura de Puno, tiene afiliadas a 53 agrupaciones de sikuri, 20 de ellas en Puno ciudad y el resto provenientes de las distintas provincias y distritos de la región. En muchas otras ciudades del Perú, existen asociaciones y elencos de danza en torno al sikuri. En Lima, tanto la Universidad Nacional de San Marcos como la Pontificia Católica del Perú, tienen sus Asociaciones de Sikuris que, con el apoyo de las gestiones rectorales, desarrollan un importante trabajo de difusión musical. (¿Y la UNA?) y fui en Argentina, Chile, Bolivia, Estados Unidos, Austria y Francia también existen otras agrupaciones y/o asociaciones.
Hay la iniciativa de parte de los sikuris “27 de Junio Nueva Era” de proponer el primero de agosto como el Día Internacional del Sikuri, relacionándolo con el inicio de las celebraciones a la Pachamama según el calendario andino.
Cuestionables o no, innovadoras o repetitivas las fusiones, ahí está el espectro del sikuri, sus sonidos y su música, presente en los extramuros del mundo, como un viento cósmico que alela e invade las fibras más intimas del corazón de quien lo toca, lo escucha y lo baila.
http://www.youtube.com/watch?v=5MEph60c_No&feature=related
Sikuris 27 de Junio Puno

miércoles, 3 de noviembre de 2010

UN Q'AJELO PARA EL MUNDO

“Historias de desarraigos”

Un Q’ajjelo para el mundo
Acerca de la vida del folklorista Gerardo Barbosa Idiáquez


Escribe: Bruno Medina Enríquez


Encontramos a Gerardo recorriendo las calles de Lima del brazo de un bastón, aunque más parece que el bastón le tomaba el brazo; apresuraba su paso con el objeto de cumplir con su tarea mensual que tiene programada en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano del centro de Lima, donde como promotor cultural organiza diverso tipo de eventos de carácter cultural. Lo abordamos a sus ochenta años, con la inquietud de conocer más de cerca sobre de su larga vida de folklorista, que desde joven ha lucido su estirpe de recio pomateño, corajudo diablo de antiguas sikureadas que recorrían las calles de la capital, fiestas patronales pueblerinas que los puneños celebran por estos lares, hasta el duro q’ajjelo que ha pisado muy fuerte escenarios de las Europas, desde Madrid hasta Sofía, desde París hasta Moscú.


La mejor gracia por la que se conoce es, “Q’ajelo Barbosa”, empedernido bailarín que con sus teatreros gestos de rostro endemoniado de diablo mayor, o cholo avispado capturando admiradoras de toda condición y clase social, “se ha jalado” –dice- cholas de las más que ha podido en su larga vida, lista de la que no se ha salvado doña María, la esposa de quien fuera Presidente, el General Manuel Odría, ni la más simpática Miss Universo o Reina de marinera trujillana, que en su momento fueron encandiladas por el fiero rostro que expresivamente muestra Gerardo a la hora de bailar.

Hoy en la tranquilidad de su jubilación docente del Colegio Guadalupe, nos cuenta sobre sus andanzas en la difusión de nuestras tradiciones, de su eterna defensa de nuestro folklore y en la empedernida tarea de juntar a los puneños que desarraigados de su tierra, han llegado a tierras extrañas a aderezar sus tristezas so pretexto de buscar un futuro promisorio. De ello nos habla Gerardo quien no se siente un desarraigado de su tierra, porque desde niño supo reconocer su origen, mientras que de joven al recorrer el camino escabroso que la vida a veces depara a un puneño que sale de su tierra, que cual Pedro el pescador la niega más de las veces como su patria chica… Y tú de dónde eres pues cholo?.... Soy de Arequipa papay… pero más pareces serrano… no señor mis papas son pues puneños, yo soy arequipeño… mientras que Gerardo desde los 10 años se ha enfrentado a ese racismo natural de la sociedad peruana del siglo pasado, reflejado principalmente en el desprecio de limeño o costeño contra quien tiene el rostro más oscuro.
Sin embargo este pomateño nunca se amilanó ante cualquier afrenta, su expresión más significativa de defensa a quien lo pretendía ofender, era gritarles “hallu”, una palabra aimara que más suena a un insulto para quien conoce su significado, y la viril expresión con que era lanzada a cualquiera, hasta que algún amigo en plan de aconsejarlo le decía: “Gerardo, no te expreses así, qué van a decir las señoras que te escuchan…”, entendido el mensaje, en el próximo encuentro se aparecía cantando alegremente un conocido valse que dice “… donde están mis amigos no los “hallu”” .
Así en el jolgorio ameno del diálogo que compartimos con amigos, nos enteramos de su vida al ritmo de historia agitada. “llegué a Lima en 1940, antes del terremoto, recuerdo que era un canillita en el barrio de La Inquisición, en el centro de Lima, a los pocos días de mi llegada, me venía del Callao de buscar algún pariente, a las 11 de mañana sentí que la tierra se movía, todo el mundo gritaba, era el terremoto, el tranvía en que venía se había descarrilado de su camino, tuve que caminar hasta la plaza Dos de Mayo y luego de un descanso llegar a mi barrio en la calle Aldabas, la segunda cuadra del Jr. Azángaro”. Nos comenta como que fue su primer recibimiento.


Un Cholito en Lima
“Ahí crecí con los niños del barrio, buscándome la vida, entonces habían una cucufatas que recogían a niños de la calle, para enseñarles el catecismo y que hicieran la primera comunión; ellas me tomaron como “pájaro frutero” y me llevaron al templo de la concepción a enseñarme catecismo, todos los sábados en la tarde nos recogían y luego de hablarnos de Dios, nos invitaban chocolate con un biscocho grande que le llamábamos Trompa; así conocí a una monja a quien luego de tomar el chocolate le dije “gracias mamita”, la monja se puso a llorar, me sorprendí, pero supe que se había enclaustrado porque había sido madre soltera y a su hijo pequeño lo habían matado en el barrio de cinco esquinas, así esa madrecita llegó a estimarme y me tomó mucho cariño como a su hijo”. Su gesto humilde y respetuoso traído desde su tierra al agradecer un servicio le había servido para sembrar compasión y cariño y cosechar estimación.

“Mientras seguía con mi trabajo en las mañanas vendiendo periódicos y en las tardes lustrando zapatos en un puesto de la plaza Inquisición, ese año no pude estudiar, al siguiente sí gracias a una señorona del barrio, esposa de un candidato a la Presidencia, el Sr. José Quezada Larrea, que todos los días me compraba varios periódicos; un día al pasar por su casa no encontré a nadie y dejé los periódicos, regresé a las 12 a cobrar, encontré al caballero que me dijo “y si no llego a pagarte?” le digo “usted no puede hacerme eso”… porqué… “ porque usted iba a ser Presidente del Perú”, le gustó mi respuesta y entre sonrisas me regaló diez soles, llamó a una morena que era cocinera y le dijo “dale de almorzar al chico”, al salir le dije “gracias mamita”, gesto que le gustó a la señora de la casa, así agarré la acostumbre de ir en la mañana muy temprano a dejar los periódicos y regresar a las 12 a cobrar y la señora me invitaba el almuerzo recordando a sus hijos que estudiaban en París, “qué será de mis pobre hijos si comerán o no””
Esa señora pertenecía a la Cofradía de San Pedro, lo llevó a hacer la primera comunión, siendo su madrina junto con su esposo, lo vistieron de blanco de pies a cabeza; ese fue su primer recibimiento grato en esta tierra extraña, gracias a su humildad, ya que actuaba con la naturalidad de un cholito puneño, muy servicial y mucha voluntad para el trabajo, con la inquietud de vivir sin dificultades en una tierra ajena y le preguntamos cómo había llegado a la escuela.
"En la calle Valladolid había una pensión donde llegaban todos los puneños, allí conocí a otra señora llamada Quintina una puneña dueña de la pensión, una mañana la escuche hablar en aimara con otra persona, también me puse hablar en ese idioma, me invitó a regresar otro día para invitarme un chayrito, así me agarró cariño porque todos los días me veía pasar con mis periódicos, así es en cualquier parte al que trabaja con honradez, todo el mundo lo ayuda. Por esa razón la señora Alita de Quezada, luego de la primera comunión, me inscribió en la escuela en el turno de la noche, sin partida de nacimiento, gracias a ella terminé mi primaria en un colegio frente al mercado de Guadalupe, con buenas notas que me permitieron alcanzar una beca para el Colegio Nacional Guadalupe”.
Está visto que su imagen no es la de un costeño blanquiñoso, sino de la de un serrano, ¿Y cómo te conocían entonces, te decían pomateño, puneño, eras minimizado por tu apariencia? ¿Tenían un apelativo?.

“En término criollo me decían “lorchito”, lo que no me intimidaba porque era palomilla, algunos sabían mi nombre, pero también me decían “Pomatita”, jugaba con los chicos con pelota de trapo, como ganaba platita, compartía con ellos alguna golosina, ayudaba con un sencillo a algunos”

Mayor valor de Gerardo, el reconocer su origen y hacerlo prevalecer ante los demás, crecer con esa identidad, ya en el colegio más jovencito, recibió la inquietud por el folklore y la práctica de lo que había conocido de niño, le consultamos de ello y esto nos comenta.

“En la calle Tigre, hoy segunda cuadra del Jr. Ayacucho, había una academia de tango y valse, como era palomilla y me metía en todo, estando en la calle Leticia me enviaron a la academia para llevar agua, quedándome allí como aguatero, también me encargaban darle vueltas a la manija de la vitrola, cuando ensayaban; así aprendí a bailar tango y valse. Más arriba en la calle Suspiros ensayaban todos los ayacuchanos donde los hermanos Vivanco eran los más notorios, por la calle San Idelfonso se reunían los del centro del Perú, en la calle Gremios estaban los Ancashinos, y los sureños se reunían frente al estadio, en el Club de Tiro de La Victoria y en el Jardín Yolanda de Jesús María; por mi inquietud y mis periódicos andaba por todos sitios, donde hablar de folklore era casi un delito, la única oportunidad de hacerlo era el día del indio el 24 de junio cuando medio día era feriado y nos trasladábamos a la pampa de Amancaes en el Rímac, ahí llegaban grupos de diversos sitios del Perú, ello me incentivó porque veía a los paisanos que practicaban su música y sus danzas, que a cualquiera hacía llorar”.

Difusor del folklore puneño
Ese famoso Festival de la pampa de Amancaes, tenía más de 100 años, así muestran las acuarelas de Pancho Fierro; el municipio del Rímac era el organizador y tenía el auspicio y la promoción de Radio Reloj de la Av. Tacna y Radio Colonial ubicada en lo que hoy es el diario la República, ellos fomentaban este evento; para entonces ya había el Coliseo Nacional de la Victoria, donde llegaban todos los que actuaban en Amancaes, allí era esperado con mucha expectativa el Día del Indio por la cantidad de grupos provincianos que se presentaban, los paisanos tomaban, cantaban, lloraban, era un sentimiento que solo allí se podía sentir. Cuéntanos cómo te vinculaste con el Folklore.

“A Amancaes también se acercaban los criollos y las criollas a la usanza de las tapadas como una tradición de peruanidad; con el primer puneño que me vinculo en este ambiente es con el señor Baltasar Ruelas que era portero del Banco de Crédito. Una mañana nos conocimos, luego de invitarme un apetitoso desayuno, sabiendo que recorría las calles me dio la misión de que llevara a su casa de Barrios Altos a los barredores puneños que encontrara, para ensayar y tocar zampoñas, un sábado llevé como a seis, fueron atendidos con chayrito y ponches, siendo don Baltasar el primero en Lima en promover nuestro folklore en los años 40, tenía una cuantas zampoñas y hacía falta algunas más; entonces ya era ujier del Congreso y conocía al senador Encinas, a quien luego de contarle lo que hacíamos se lo pedí como donación, y él mandó a traer un juego grande de zampoñas, eso ya fue el año 46, y con esa donación luego de muchos ensayos fuimos a presentarnos por primera vez en la pampa de Amancaes. Recuerdo como cuestión aparte y tiempo después, un día en el Parque de la Reserva donde quedaba el Club Departamental Puno, nos acercamos interpretando nuestras zampoñas, salieron unas seis señoras preocupadas “y estos cholos qué hacen aquí, que se han creído, que esto por acá”…. En eso llega el Senador Encinas, se entera del hecho, nos hace pasar, “ustedes son los verdaderos puneños”, nos trae cajas de cerveza, pasados los minutos todo el mundo bailaba con nuestra música, mientras que la orquesta contratada estaba arrinconada toda la noche, las señoras que nos habían votado, de madrugada lloraban y bailaban con nuestras zampoñas”.

Fuiste entonces de los primeros puneños que llegaste a rescatar la identidad de nuestro pueblo en la capital. Siendo estudiante del colegio Guadalupe, cuáles fueron tus primeros aprendizajes respecto a nuestro folklore, en competencia con el folklore de otras partes del Perú?

“Todos los domingos iba al Coliseo Nacional donde se presentaban artistas del centro, el folklore de Puno no había llegado todavía, allí se sentía uno identificado con su región, es con el grupo de don Baltazar Ruelas en ser los primeros en llegar al Coliseo Nacional con música de Puno, y organizar a los puneños, en especial trabajadores municipales. En 1949 se realiza una feria nacional en el Campo de Marte, donde participan de todas las regiones del Perú, Puno no vino, pero estuvo Pedro P. Díaz de Arequipa, él nos convocó para acompañarlo en esa feria, pasando como arequipeños. Un día preparándonos para el Festival de Amancaes, don Baltazar viaja a Puno a traer el vestuario de Mañazo, con varias figuras, ahí fue la primera vez que bailé de Diablo; el 24 de junio nos fuimos en dos camiones para Amancaes, llegando al Festival empezamos a tocar afuera como es nuestra costumbre, salió molesto el alcalde Pedro Cadenas a decirnos que porqué tocábamos ahí, que estábamos descalificados y que no entraríamos al concurso; seguíamos tocando, la gente se acercaba, nos traída cerveza, la gente que había pagado su entrada para ver el concurso se salía a vernos; resulta que iba a llegar el Presidente Odría con su señora y no había gente adentro, así que regresó el Alcalde a convocarnos para recibir al Presidente diciéndonos a voz en cuello, “cuanto quieren por su actuación”, alguien le respondió “y usted qué derecho tiene para poner precio a nosotros”, mientras que otro al ver un camión le dijo “si nos da ese camión de cerveza entramos”; aceptó la propuesta, trasladamos las cajas de cerveza a nuestro camión y así entramos. En algún momento a la señora María Delgado se le veía alegre, había tomado algunas bebidas y bailaba al ritmo de nuestra música, me saqué la máscara y la invité a bailar, suficiente para encandilar al Presidente y a su esposa allí por el año 49”.

Los puneños se juntan.
Fueron momentos de gran emoción para esa gente que tocaba, lloraba recordando a su tierra, mucho sentimiento, ahora Gerardo se lamenta que el folklore haya sido comercializado y distorsionado por diversos factores. Sin embargo sabemos que entonces varios grupos se iban organizando, por eso le preguntamos cómo se formaron las primeras organizaciones de puneños en Lima.
“En los años 50 ese espíritu motivó a muchas puneños a organizarse, el Dr. Ricardo Arbulú era funcionario de la Biblioteca Nacional, organizó el Instituto Puneño de Cultura, Sócrates Saferzón organizó el “Unión Carolino”, antes de ello en el año 50 se forma la Estudiantina Puno, dirigido por Portugal Vidangos, hay un concurso en Radio Nacional en el programa “Taquiyninchis”, con la participación de diversos grupos del Perú, quedando como finalistas el Conjunto Atusparia de Ancash y la Estudiantina Puno, ese se gana el primer lugar. La Estudiantina estuvo integrada por diversos profesionales y funcionarios. Había entonces un mecenas, Julio Aparicio, quien no tocaba ni un instrumento, pero si tenía todos los instrumentos; desde los años 40 llegaban los profesores a capacitarse en La Cantuta, ellos armaban estudiantinas con esos instrumentos, ensayando en la casa del Sr. Aparicio y daban serenatas a diversos personajes puneños que eran autoridades. Por esos años vino de Puno un grupo llamado “Sequia” de Yunguyo, recorriendo con su Diablada por el Jr. De la Unión; luego el año 57 llegó una gran delegación cultural de Puno presidida por el Alcalde Rubina Burgos, a mostrar lo mejor de nuestra cultura, entonces les ayudamos en su coordinación para que se presentaran el en Instituto Peruano Norteamericano, fue la primera vez que vino el Centro Musical Theodoro Valcárcel, es a partir de esa presencia que despertaron las cosas con respecto a nuestro folklore y de ahí se origina la formación de la Central de Instituciones Puneñas”.
En Lima se habían ido formando diversas instituciones de distritos o provincias de Puno, pero esta presencia de la cultura puneña en la capital, promovió la posibilidad de reunirlas y organizarlas para realizar acciones conjuntas en una institución de segundo nivel, como fue entonces la Central de Instituciones. ¿Cuándo se forma, quien lo presidió y qué actividad realizó la Central?
“La Central de Instituciones Puneñas se forma en el año 1957, su primer Presidente fue Hugo Saravia Pacoricona, era de Conima, un enfermero que trabajaba en el Hospital de Bravo Chico, su primer grupo fue “Unión Progresista Conima”, que llegó a grabar un disco, como también lo hizo el Conjunto Zampoñas del Titicaca. En 1958 yo asumo la Presidencia de la Central en reemplazo de Saravia, mi primera actividad fue el primer concurso del folklore puneño, con Resolución Ministerial y jurados nombrados por el Ministerio de Educación en un local del Jr. Sebastián Barranca, todo con instrumentos y danzas nativas, no había danzas de luces, quien ganó ese año fue el grupo de Conima con una danza de los “Satiris”, uno de los jurados nombrados por el Ministerio era Jorge Huirse, quien tuvo que cumplir con su tarea; el premio de 500 soles fue donado por “Unión Carolina” con la Presidencia de Sócrates Sáferzon, quien tenía una oficina de contabilidad en el centro de Lima donde reunía a muchos puneños. El Primer presidente que organizó un campeonato de futbol entre puneños fue el médico Guillermo Zegarra Villar, cuya clausura y entrega de premios se realizó en el Hotel Savoy, donde el administrador era un puneño llamado Juan Villalva Carpio, un gran poeta, era nuestro gran colaborador, y que por su trabajo hablaba varios idiomas, como otros colaboradores que no pensaban con el estomago sino con el corazón”.

Hoy pasados los años cómo sientes haberte metido en esa defensa de nuestra cultura, eres acaso un desarraigado de tu pueblo?.

Nuestra cultura ancestral es valiosa, hay que investigar reconocer a los valores, los talentos nacen en cualquier sitio de la tierra, los puneños creen que los que han nacido en la zona urbana son más inteligentes, no es así, creen que por que tienen un título ya están predestinados, el talento hace el título, a mi desde chico me incentivaron a cultivar el folklore, recordar a mi tierra, a mis padres, y sus valores, desde cuando estudiaba en el Colegio Guadalupe, cuando ingresé al Congreso como alcanzador de micrófonos a los diputados, luego cuando trabajaba ya en lo que hoy es la Sunat, me han servido para darle valor a la vida en pro de nuestra tierra y su cultura, hasta llegar a difundirla en el extranjero”.

Unas anécdotas

Comentabas que como vendedor de diarios conociste a varios periodistas que fueron tus amigos.

Conocí a un personaje muy singular, Federico More, un periodista que publicaba su semanario CASCABEL, donde enjuiciaba a los políticos, en el diario El Comercio estaba el Sr. Copaiba, Lucho Carrera Vergara, en La Crónica a don Nico Cisneros, los periodistas poetas y escritores se reunían en el Palacio Concert, del Jr. De La Unión, en la plaza La Merced; una mañana caminaba por la calle Miro Quesada ofreciendo mis periódicos, escuche cantar a un señor un huayño puneño, me puse a bailar, se sorprendió, me llamó preguntándome mi procedencia, era el Sr. Federico More, al ver mi gracia llamó al mozo y le dijo que todos los días que pasara por allí me diera desayuno a su cuenta. Cosas tan nobles. Así es que también vendía la revista “Cascabel”, de él escuché esta historia, “si quieres ser periodista tienes que saber que te pagan para publicarte, pero también te pagan para no publicarte”. More era muy respetado, un gran concejero”.

A Emilio Armaza, lo conocí en el Unión Carolino, donde se reunían Zegarra, Huirse, Sáferzon, y otros, lo que hacía yo entre ellos como muchacho, era alcanzarles el licor que me mandaban a comprar, el escuchar a esos señores me sirvió de mucho, ayudó a mi conocimiento, ya que hablaban de cosas de mucho interés, personajes de alto quilate, donde se hablaba de ciencia y cultura”.

Como vivías de más joven, comentaste que ingresarte a trabajar al Congreso de la República, que hacías allí.

“Mi ingreso al Congreso fue muy humilde, como lustrador de zapatos en la peluquería del Congreso con el maestro Yunku, en algún momento pasé como Ujier reemplazando al titular que alcanzaba el micrófono que se enfermó, me pidieron reemplazarlo, me quede eternamente alcanzando los dos únicos micros a los diputados que hacían el uso de la palabra, hecho que me permitió conocer mucho de política nacional, recuerdo a don Eudocio Vergara Jefe de análisis parlamentario analizaba todos los discursos, al día siguiente consultaba a los diputados lo que se iba transcribir para el archivo, y les decía que el representante de tal provincia era enemigo de Cervantes. Entre los parlamentarios de ese tiempo los más destacados fueron José Antonio Encinas y Emilio Romero. Trabajé allí desde el año 46 hasta la revolución de Odría, luego de ello me enviaron a la Dirección Nacional de Contribuciones, Odría trajo una misión de extranjera para capacitarnos en materia de tributación asistí a ella gane un concurso para inspectores de contribuciones en provincias, llegué al centro del Perú, lo que me motivó conocer todo el Perú en todo lugar”.

Paralelamente cumplía con su trabajo, como practicaba muy buenas relaciones con lo puneños en Lima, en diversos lugares del Perú y también en algún momento viajó al extranjero con nuestro folklore.

“Mis viajes al interior del país fueron un incentivo para valorar que el Perú tiene un gran riqueza ancestral, revalorar mi propia identidad, los años me ha servido para enseñar lo aprendido, llegando a ser docente del Colegio Guadalupe durante mucho tiempo en el área de promoción artística, y también ser profesor de profesores en Centro de Folklore Magisterial, como un logro alcanzado por la experiencia de mi práctica, tanto como diablo que acompañaba a los sikuris, como intérprete del Q’ajelo en diversos lugares del Perú, lo que también me permitió viajar a diversas capitales de Europa, con mi característico paso de Q’ajelo, haciendo conocer la valentía y coraje del Cholo Aymara, y el rostro maléfico del Diablo, aun sin máscara”.

Grabación de Q’antati Ururi.

“En 1965 llega a Lima este conjunto desde Conima, fue presidido por el profesor Natalio Calderón, al local del Frenatraca, como no había camas, los llevé al Politécnico de la Av. Grau, al día siguiente conseguí el teatro del ICPN, ahí debutaron donde asistió el Dr. Arturo Jiménez Borja, director del Museo de la Cultura Peruana y del Museo de Puruchuco; le asombró bastante el espectáculo que había visto por primera vez, y ofreció donar 500 soles, fui al día siguiente con Natalio Calderón a recoger un cheque de 500 dólares.

“La Central de Instituciones le organizó una fiesta grande el sábado siguiente y el domingo se presentó en Puruchuco, sin micrófonos, alumbrado por antorchas, mostrando un imagen ancestral de la cultura andina, fueron invitados diversos agregados culturales de otros países, resultando una velada muy hermosa. El grupo deseaba grabar en un disco, los dueños de IEMPSA no quisieron por no ser música comercial, sin embargo conseguimos una disposición hoy derogada que disponía que podían grabar por razones de cultura, había que buscar una influencia para que esa ley se aplicara, me acerque a Néstor Cáceres, diputado por Puno, le conté la historia y fuimos con él a la disquera y ante la afrenta planteada por Cáceres de que grabara o sería cerrada la sala, el gerente ordenó la inmediata grabación; el Director de grabación no conocía esta música, no sabía cómo hacerlo, mientas que Hugo Saravia le dijo, cumpla nomas su tiempo, así salió una de las mejores grabaciones de música autóctona de nuestra tierra; este LP ha llegado a ser muy famoso en el extranjero, en una oportunidad lo encontré en Sofía, Bulgaria durante una presentación que tuve. No fue necesario pagarle a la disquera un solo sol, lo hicieron gratuitamente por razones de cultura tenían derecho de deducir el impuesto a la renta anual. Y siendo una grabación muy popular tuvo varias ediciones por parte de la disquera, sin haber pagado ninguna regalía a los artistas, que se llevaron sus discos casi de recuerdo. Mientras que los medios de comunicación no le dieron ninguna cobertura, salvo una nota en el Comercio por haber salido tocando a las calles de Lima”.

Eso fue y es Gerardo Barbosa, humilde, gentil, cariñoso, recelado por unos, envidiado por otros y por decir las cosas claras respecto a la defensa de la autenticidad de nuestro folklore, se lamenta que la mercadotecnia, haya permitido sea tergiversado en diversas formas; eso si no se siente un desarraigado de su tierra, muy al contrario, valora el trabajo que ha hecho durante cerca de sesenta años como embajador “no nombrado” de Puno, y se siente orgulloso de haber mostrado su arte en los diversos lugares en los que ha estado, en los últimos años ya no regresa a su tierra, la salud no le permite, pero continua impenitentemente organizando actividades culturales a mérito propio y con el respaldo de una que otra institución, siendo actualmente promotor cultural del Instituto Cultural Peruano Norteamericano, en el que entretiene sus saberes y experiencia.

El Q’ajelo Barboza, el Jampato, el diablo mayor, cuando entra al escenario se transforma, el zurriago se empequeñece, las tablas rechinan por la fuerza de su pisada de cholo cordillerano; con su tez blanca, sus ojos claros medio chinos, se convierte en un impetuoso torbellino de fortaleza y desafío, reciedumbre y coraje que le salen del alma pomateña que exhibe en diversos escenarios, y cuando se quita la máscara de autentico diablo puneño que pocas veces le ha tocado bailar con bandas de metales, no se siente un desarraigado de su tierra.

Noviembre del 2010

martes, 2 de noviembre de 2010

ARTURO PERALTA REVIVE

Churata: genio de la cultura literaria universal
Escribe: José Luis Ayala
Publicado en el Diario Los Andes de Puno - Sección Cultural - 31 oct 2010

Gamaliel Churata desde la niñez, cuando todavía era alumno del maestro y director José Antonio Encinas, en el Centro Escolar 881 de Puno (1907-1911), se propuso escribir una gran enciclopedia. Es con ese criterio que decidió trabajar primero El pez de oro y ahora que se publica Resurrección de los muertos, viene a ser una secuencia de un proyecto literario histórico mayor en varios tomos. Solo cuando se haya publicado todos sus libros, será posible entender a cabalidad la idea de la gran duración en el tiempo, la proyección genial de su propuesta y significado de su obra que representa una distinta forma de pensar desde los orígenes, cimientos y el fondo de América.

Por eso y debido a otras razones, la lectura de este libro no solo desconcierta desde el principio. Sucede que está necesariamente ligado al primero publicado en la versión de Editorial Canata (La Paz-Cochabamba, Bolivia, 1957) con un pórtico del mismo Churata y señala que fue escrito entre 1927 a 1957. Se trata en realidad de otra edición, toda vez que la primera cuando estaba casi en su totalidad impresa, al ser incendiada la imprenta, el libro fue convertido en cenizas.

La segunda edición oficial corresponde a los tomos I y II del II Festival del Libro Puneño (1987), editado con el auspicio de la Corporación de Fomento y Promoción Social y Económica de Puno CORPUNO (1), cuyo presidente José Luis Lescano Rivero, como buen humanista entendió el histórico valor del libro de Churata. Fuimos los promotores de esa edición y le pedimos a científicos sociales cuyos nombres no vamos a revelar, que escribieran el prólogo. Ambos insignes académicos arguyeron que no tenían tiempo para hacer un estudio analítico, pero por las conversaciones que tuvimos podemos respetuosamente aseverar, nunca leyeron ni entendieron a Gamaliel Churata.


La segunda edición de El pez de oro, cayó en Lima en el más grande vacío y silencio sepulcral. El poder mediático no dijo ni una sola palabra. Al contrario, no faltaron quienes volvieron a decir que Churata era oscuro, demasiado barroco, un indigenista a ultranza cuya literatura estaba destinada solo a una especie de secta o logia oscurantista. No han faltado intelectualoides, diletantes y batracios envidiosos que desde la zaga en vano escupieron a la luna. Pero poco a poco, Churata fue leído y entendido. Hoy es el escritor que más interés suscita no solo en los países de habla hispana y está predestinado a permanecer como un ícono, como un genio de la literatura universal.

Mucho tiene que ver la infancia como la atormentada biografía del autor de El pez de oro, las lecturas de La Biblia más otros textos religiosos y la formación que recibió de parte de Encinas y, el taller de talabartería de sus padres. Pero sobre todo las lecturas que hizo durante el tiempo que se desempeñó como bibliotecario práctico en la Biblioteca Pública de la municipalidad de Puno. De donde fue subrogado por haber auspiciado un homenaje con ocasión de la muerte de José Carlos Mariátegui (16/4/1930), luego debido a la represión del régimen fascista del comandante E. P. Luis M. Sánchez Cerro, tuvo que huir a La Paz, Bolivia (1931), donde a salto de mata escribió Resurrección de los muertos, como todos sus inéditos que en buena hora permanecen en manos de un celador ejemplar y honesto churatólogo como es Riccardo Badini.


Muchas preguntas sin duda se harán los lectores y algunas son: ¿Quién escribió este libro tan extraño y distante de la lógica cartesiana? ¿Cuándo fue escrito este texto tan cautivante? ¿Qué significa finalmente Resurrección de los muertos? ¿Cómo se lee este texto? ¿Cuál es en realidad su valor literario? ¿Por qué crear precisamente un Profesor Analfabeto para establecer un largo diálogo y discusión con Platón? ¿Para qué recurre a neologismos? ¿Por qué la insistencia en usar palabras quechuas y aymaras? ¿En vez de la trama de un texto teatral por qué no escribió un ensayo? ¿No es acaso el tema para un libro de la historia del pensamiento humano?

Este libro corresponde a la madurez intelectual, al conocimiento pleno de la cosmovisión, de las ciencias sociales, a la reflexión fecunda, a la práctica de la necrademia, al deseo de construir y deconstruir el idioma, a la madurez de escritor y ejercicio de una cultura literaria universal. Sin embargo, en el fondo se trata de una propuesta filosofante de Gamaliel Churata (seudónimo de Arturo Peralta Miranda). Nació por accidente en Arequipa el 19 de junio de 1897 (2) y murió en Lima, el 8 de noviembre de 1969. Zapatero en la niñez, lector zahorí de La Biblia, alumno de Encinas. Linotipista en Potosí (Bolivia) con el cura franciscano José Zampa, cofundador de Gesta Bárbara (1917), bibliotecario (3) en Puno (1920-1930), lector voraz, director de revista La Tea (1917-1919), fundador de la Generación Orqopata (1925) y el Boletín Titikaka (1926-1930). Periodista y político por convicción, necesidad económica y vocación en La Paz, Bolivia, donde en total vivió exilado 32 años.

Desagraciadamente su vida personal estuvo marcada por una permanente y penosa tragedia humana como por constantes penurias económicas, por lo que alguna vez quiso dedicarse sin éxito a la minería. Fue director de una empresa periodística que fracasó, cuyo promotor fue Huayna Chuquihuanca (4). Se vio en la necesidad de escribir libros de ensayo, discursos para políticos mediocres de turno en el poder, textos literarios, artículos para diarios y revistas, poemas y discursos fúnebres, todo por encargo. Por eso, alguien debería rastrear esa ingrata tarea para Churata pero que se vio obligado a realizar, porque cada vez que se producían cambios en la política boliviana, repercutían en los diarios y revistas que trabajaba. Pero más pudo su vocación literaria, escribió varios libros propios con la ilusión de publicarlos y formar una biblioteca capaz de exponer el curso del pensamiento humano, varios asedios a lo incognosible, concepto tan grato para él y que se repite a lo largo de toda su obra.

La lógica intelectual, estética literaria y sobre todo dialéctica y textos filosofantes que se aprecian durante el desarrollo de los diálogos, corresponden al modo de pensar ligado a la cultura universal y humanista de Churata. Sin embargo, gran parte de sus reflexiones provienen más de la cultura aymara que de la quechua. De allí su originalidad y necesidad de recurrir a palabras y frases en esos idiomas, cuya traducción al español empobrece su significado y riqueza expresiva. Se trata a la vez de un escritor con una innata vocación y convicción de ser un subversivo semántico.

Acostumbrados como estamos a leer textos comprometidos con discursos escritos en los moldes de la lógica cartesiana, Churata desarrolla otra clase de escritura nada lineal, para que más bien sea una expresión literaria elíptica, tenga distintos ejes, sea libre y a la vez libertaria. La construcción de frases largas, el uso constante de otras categorías lingüísticas en otros idiomas, enriquece el pensamiento cosmogónico para contraponerlo al extremadamente racional de Occidente. Así, se trata de un destructor y reconstructor del pensamiento humano, no es exactamente un filósofo sino un creador filosofante. Es al mismo tiempo, un dramaturgo que expresa una realidad distinta y por tanto, la lectura produce una sensación cosmogónica, un análisis desde el otro lado del tiempo y diferente visión del mundo.

Ese libro por los hechos que se mencionan y relacionan, por los nombres de escritores y científicos, por las referencias al famoso Almanaque Bristol y debido a los acontecimientos que aparecen en el centro de la redacción, posiblemente pudo haber sido escrito en la Paz (Bolivia) entre 1950 y 1959. Aunque el proyecto haya nacido durante su permanencia en la Biblioteca Municipal Pública de Puno.


Pero, ¿qué significa formalmente Resurrección de los muertos? Se trata de un libro precursor con textos de descolonización cultural, pero al mismo tiempo, el inicio de lo que fue después lo real maravilloso y la interculturalidad. Servirá de modelo para que otros escritores escriban libros liberadores desde el eje a la periferia y de la periferia al eje. Demuestra que los muertos que resultan de la agresión cultural finalmente no mueren, están presentes en la cultura y devenir del tiempo. Es decir, amarrados a los orígenes y siguen viviendo en las manifestaciones diarias y permanentes. Además Churata teoriza sobre la supervivencia de los muertos en las diferentes culturas humanas.

El libro es mucho más claro que El pez de oro porque se trata de una obra de teatro, pero hay pasajes en los que elabora discursos filosofantes. Esa idea central proviene de la cultura aymara porque los aymaras tenemos tres almas. Cuando muere una persona adulta, a los ocho días, una de las almas regresa a la vivienda para convertirse en uywiri (vigilante, cuidante, celador). Se ocupa de vigilar para que no haya robos, nunca duerme, observa todo lo que sucede. La segunda alma regresa a la comunidad a los dos años, se asiste a la misa del pueblo para que sea purificada. A ese acto religioso se llama cabo de años, la familia se reúne para rememorar al difunto y celebrar el hecho de que habite en la comunidad convertido en una fuerza mágica y, gracias a ella madure los productos. La tercera alma regresa a los cinco años para convertirse en el aire que se respira, en lluvia, en una lejana estrella, habita el cosmos convertido en polvo sideral invisible. De modo que los muertos nunca mueren, se transforman, viven en los vivos y con los vivos. Están amarrados a la vida, a la eternidad. Entonces, la muerte sideral no existe. En ese pensamiento andino y cosmogónico no cabe la posibilidad de una reflexión judeo cristiana, aunque ahora la Iglesia Católica hace grandes esfuerzos para borrar esa forma de pensar, acepta la existencia de las tres almas, siempre y cuando que para cada una de ellas se haga hacer una misa y se pague “los derechos”.

Otro valor literario que este libro tiene, es que se inscribe en la corriente de la escritura híbrida que empieza con Huamán Pona de Ayala y continúa con José María Arguedas. El uso de la escritura y en consecuencia de la literatura híbrida en este libro, consiste en el uso de un lenguaje que finalmente de la conjunción de elementos de distinta naturaleza idiomática. Viene a ser el proceso de composición y recomposición de la masa lingüística, en cualquier sociedad humana donde concurren varias culturas. Como en este caso los idiomas aymara, quechua, español y otros términos que impone la cultura dominante. En consecuencia, nada es definido. Todo se reelabora, todo está en ebullición debido a que cada idioma aporta, destruye, asimila y suma conceptos. Entonces, el idioma cambia permanentemente, tal como lo dijo Antonio de Nebrija. Así también el español cambia y tampoco permanece estático.


Entonces, bien podríamos decir que Churata escribe en español andino híbrido, en español americano en plena formación y cambio. De modo que nunca será definitivo. La hibridez idiomática es el resultado de la presencia desigual de distintas formas del habla porque provienen de diferentes vertientes. A modo de testimonio bien podríamos decir, así se habla el español andino con palabras y pensamientos cosmogónicos y metafísicos que provienen de distintos idiomas. Es un libro elaborado con el sumo de la cultura americana, pero además alimentado por la lectura de libros esenciales de la cultura occidental.

La creación de un Profesor Analfabeto para establecer un largo diálogo y discutir con Platón es sencillamente genial. Pero el Profesor es un personaje con una vasta cultura porque ha leído a los más importantes filósofos griegos, latinos, europeos, norteamericanos, etc., etc. Conoce toda la riqueza de la cultura occidental e irónicamente se guía por los escuetos conceptos del Almanaque Bristol. Churata se burla de Platón con razón y respeto, entiende su distinta forma de pensar frente a la vida y a la muerte, respecto a esta parte del mundo. Pero no sólo discute con Platón, lo llama en aymara chua, chuita, que en español es plato, platito. Además, usa los recursos que brinda la trama teatral para demostrar que la cultura oficial es pobre, en cuanto no reconoce la personalidad colectiva de una sociedad distinta, la otredad cultural.


Habría que preguntarse ¿quién es más analfabeto en referencia al universo que recrea Churata? El Profesor Analfabeto o Platón, no olvidemos que ahora no solo abundan profesores analfabetos, sino también académicos ignorantes, catedráticos ignaros, eruditos iletrados, intelectuales chambrías, críticos sin crítica, doctores incultos, decanos trafas, poetas chantajistas, licenciados profanos, antólogos fatuos, rectores indoctos, etc., etc. Pero ninguno de ellos sabe más que el Profesor Analfabeto de Churata. Ya quisieran tener esa vasta cultura, forma de hablar y escribir.

Hay momentos en que el esquema del discurso y el lenguaje que proviene de la mentalidad y oralidad andina, seguramente es extraña a personas que no conocen el contenido de muchas palabras. Precisamente por esa razón, esta edición crítica permite al lector, debido a los conceptos e información el pie de cada página, tener datos para penetrar en el valor universal de esta obra. No han faltado quienes dijeron que ese hecho le quita jerarquía literaria a la obra de Churata. Pero cuando Ezra Pound escribe en sánscrito, español, inglés, latín, hebreo, etc., etc., nadie dice nada. A él sí se le dice poeta universal pero no a Churata. ¿Por qué?, sencillamente porque no pertenece a la cultura anglo sajona dominante.

Cuando Churata se refiere a los fenómenos sicológicos, a la imaginación, a las alucinaciones, específicamente a la vida interior de la persona y a lo incognosible, hace una exploración aguda. Recurre a largos párrafos para sostener mejor lo que quiere decir. Así se explica la mayoría de los periodos semánticos, pues trata de romper con las sintaxis del español y alimenta el texto con otra que procede del sustrato de las lenguas andinas. Conocedor de la hipnosis, de los más profundos mares que subyacen en la subconciencia humana, dice por ejemplo:


“El proceso del fenómeno hipnótico, como fenómeno del magnetismo animal, no ha explicado su naturaleza y, prácticamente, hásele rechazado.

El estado hipnótico es de dos estadios:


a) Aquel en que se consuma la inhibición de un ego receptivo.


b) Aquel en que se produce la sustitución de un ego receptivo por el polutivo.

Es operación básica para que la cópula dé como resultado la adopción por el receptivo de la ideación del polutivo. En ese punto el receptivo ha entrado en estado cataléptico y (p. 340) revelará ignorancia absoluta de él, pues cuanto pasó fueron expresiones del ego polutivo. En lengua americana este fenómeno se llama ahayu-watan. Ahayu es el alma de un muerto: un muerto te ha atado a su voluntad. El ego polutivo parte, como la voluntad hipnótica, del ego operador, pero ya el área del ego receptivo es aquél quien impone su voluntad dramática o plástica, o simplemente volitiva. El mundo que vive el hipnotizado es neutro, pues es el ego polutivo quien adquiere somática en la naturaleza del receptivo.


El poseso místico o el simplemente psicósico, son sujetos en quienes ese proceso se ha llevado a cabo veces sin intervención de ego operador alguno, acción directa de Íncubo o Súcubo. Lo que dice que ese agente posee conciencia individuada, no es fuerza de energía magnética, sino ego consciente de naturaleza más bien genética.”

La creación y necesaria utilización de neologismos para Churata es esencial, es como el acto de respirar mientras escribe. Se trata de un escritor con tan prodigiosa imaginación que se ve en la necesidad de crear palabras para expresarse mejor. Como el idioma es pobre y el diccionario una tumba llena de palabras y definiciones arcaicas, a fin de elaborar nuevos conceptos se ve en la necesidad de buscar raíces y darle a la nueva palabra un sentido lógico y armonioso. Si se hace una lista de neologismos de Churata, se podrá apreciar que todos renuevan y enriquecen el idioma, los conceptos son propios y corresponden a la necesidad de expresarse mejor, con absoluta propiedad.


La insistencia en el uso de palabras que provienen del quechua y el aymara es esencial para darle riqueza cultural e idiomática al texto. Hay palabras en estos idiomas como en otros, que no son traducibles al español y cuando se buscan sinónimos o traducen pierden calidad, riqueza, belleza y armonía. Por eso, Churata no se preocupó de consignar la traducción al español de las palabras que aparecen en el original de este libro y que provienen de distintos idiomas. Entendió que así el texto tendría más riqueza y es verdad. No se trata de un fácil recurso literario, es más bien la más profunda convicción de un escritor conciente de la evolución del idioma, de la cultura cambiante en América y el mundo.

En cuanto a la construcción y deconstrucción permanente de la semántica a lo largo del libro, viene a ser una voluntad para establecer una adecuada forma de expresarse. Es decir, cuando las reglas del español son demasiado rígidas y no permiten el vuelo del ícaro verbal, el desarrollo de la imaginación ni la ficción, se ve precisado en establecer otro campo semántico, creando y destruyendo a la vez. El libro se convierte en un permanente campo de batalla, de búsqueda y hallazgo, de un modo de expresarse libremente para liberar a las palabras del yugo canónigo establecido, de la dictadura oficial de la Real Academia de la Lengua Española y el diccionario.

Churata optó por desarrollar un texto teatral porque ya había escrito un libro que se alimenta de otros géneros como El pez de oro. De allí que insistamos en que para entender a cabalidad este libro es indispensable leer el primero. Muchas son las referencias, las citas, las indicaciones que hace el escritor para ubicar mejor al lector en el contexto narrado. Churata solía decir que quería atar, amarrar al lector para que leyera todos sus libros y así tenga una visión del desarrollo de la inteligencia humana.

En el fondo se trata de un libro que desarrolla la historia del pensamiento universal en relación a la vida y a la muerte en todos los tiempos. La Biblia, el Corán, El libro de los muertos, el Popol Vuh, el Zend-Avesta, etc. etc., su militancia en la necrademia, su correspondencia y cercanía con la Sociedad Teosófica. Pero sobre todo la práctica del culto según el mundo andino con los muertos como fue cuando murió su compañera llamada Rosa Calderón, a quien le puso el nombre de Brunilda y después fallecieron sus menores hijos llamados Teófano y Quemencia. La muerte de sus seres queridos lo marcó para siempre y por eso los hizo enterrar entrando a la izquierda en el cementerio de Laycacota de Puno (5).
Hacia los años 60 del siglo XX, en Puno y cuando cursábamos estudios de secundaria, el nombre de Churata era repetido con fervor por sus discípulos y amigos como Mateo Jaika, Inocencio Mamani, Aurelio Martínez y Mario Franco Inojosa. En Lima con admiración y respeto por Alejandro Peralta, Diego Kunurana, Luis de Rodrigo, Ernesto More, Emilio Vásquez, Emilio Romero y Ricardo Arbulú Vargas. Pero no así Emilio Armaza, quien estaba francamente resentido y sentía una gran envidia por el talento de Churata.

Hasta que debido a las gestiones de Samuel Frisancho Pineda, entonces directivo de CORPUNO, Churata aceptó regresar al Perú, a Puno para trabajar en la oficina de comunicaciones. En La Paz estaba en una situación económica difícil, debía al mundo entero, no podía sostener a su familia, estaba enfermo y cansado. Hasta que una madrugada se embarcó en un camión en La Paz, cruzó la frontera en Desaguadero. Llegó a Puno (30/10/1964) y de frente se fue a la plaza de armas, allí empezó a rememorar sus años de lucha por el socialismo, Orqopata, la biblioteca, Brunilda y a sus hijos muertos. Preguntó por Inocencio Mamani y un niño fue a llamarlo.


Churata y Mamani se pusieron a llorar de emoción, de rabia, de impotencia y amargura. Lo llevó a su casa y después pasó a vivir en una habitación de la familia Aragón. Inmediatamente, el prefecto de Puno, un gamonal del que no vamos a escribir su nombre, le hizo notificar con un soplón para que regresara a La Paz o se retirara de Puno. Samuel Frisancho Pineda al enterarse de ese hecho, cuando cruzaba el Parque Pino, furioso y amargo, nos encontró por casualidad y dijo:

- Acompáñame a la prefectura para que seas testigo de un desatino, de un acto de abuso sin precedentes. El prefecto ha mandado a decir a Churata que se largue de aquí.


Entramos a la prefectura y el secretario advirtió:


- El señor prefecto está ocupado. Tiene que esperar que se le anuncie.


Frisancho avanzó, abrió la puerta y el prefecto estaba sentado tomando un café y leyendo Los Andes. Quería saber cómo había llegado Churata a Puno sin que él lo supiera.


- Yo lo he traído de Bolivia, es un acuerdo de la CORPUNO. Tú no puedes actuar de esa manera, es un acto contra la cultura puneña, la cultura peruana y americana. Tú no sabes quién es Churata –le dijo- Frisancho, director del diario Los Andes.

- Sí sé –respondió el prefecto-, claro que sé. Tengo informes certeros, se trata de un antiguo comunista que fue subrogado de la biblioteca municipal por subversivo.


- Incluso los comunistas tienen libertad para trabajar, pensar y actuar. El Partido Comunista está en la legalidad. Además el gobierno no persigue a los comunistas.


- Hay el peligro de que reúna a los jóvenes de la universidad y de los colegios, entonces tendríamos un ambiente incontrolable.


- Churata está ocupado en su trabajo de la CORPUNO, tiene deteriorada la salud y no intervendrá en nada.


- Bueno, bueno, eso lo veremos.


- ¡Nada que lo veremos! En este momento voy a poner un recurso de amparo a favor de Churata. Voy a llamar a Alva Orlandini para denunciarte, haré una conferencia de prensa, llamaré a Belaunde para hacerle conocer este hecho. Te lo digo delante de este poeta que llegará a ser un gran escritor de Puno, José Luis Ayala. Te declararemos traidor a la cultura puneña y Churata no se irá.
- Bueno, bueno, hermano no te sulfures. Lo único que quiero es que tú me garantices.
- Yo no garantizo nada, Churata es un anciano venerable, un escritor con todos sus derechos ciudadanos universales. Llama delante de mí a tus soplones para que cesen de hostilizarlo, de vigilarlo en la puerta de su casa, en todas partes, acabo de hablar con él.


El prefecto marcó un número en clave y dijo:

- Oe comparito, eso del padrecito deja sin efecto, después te explico. Eso es todo, desactiva la moña.


Frisancho salió casi sin despedirse igual de amargado y fuimos a la casa de Churata. Estaba akullikando (masticando) coca fresca de Pelechuco y masticaba antigripales para la ronquera. Se le veía cansado y disgustado. Frisancho le explicó lo sucedido y poco a poco empezó a hablar y a contar que lo marcaban a donde iba como si fuera una fiera peligrosa.


- Y, ¿quién este joven? – preguntó.


- Es un poeta puneño, lo he traído para que lo conozca a usted –respondió- Frisancho.


Así conocimos circunstancialmente a Churata y después cuando trabajamos como conserje de la oficina de impresiones de la CORPUNO, veíamos a Churata todos los días de enero a abril (1965). Nos consta el trato inhumano y agresivo que le dio un periodista puneño. De modo que es verdad la denuncia que hiciera José Tamayo Herrera sobre este caso poco conocido. Hasta que debido a la confianza que teníamos, un domingo lo acompañé a visitar las tumbas de Brunilda, Teófano y Quemencia. Cuando entramos al cementerio a Churata casi le dio un infarto cardiaco. Todo había desaparecido, sobre las tumbas de sus seres queridos habían construido otras tumbas grandes y deformes.Después, durante varios domingos visitamos a Churata. Hasta que sus hijos menores llegaron a Puno procedentes de La Paz, sus otros hijos mayores, Nina y Mario llegaron de Lima. Una hija que vivía en Juliaca a quien conocían como La Churata, iba a verlo de vez en cuando, sus sobrinos lo rodearon y dejamos de verlo. Sin embargo, observamos que Churata estaba aburrido, maltratado, arrinconado, sin nadie que lo ayude en su trabajo de periodista en CORPUNO. No había duda, el periodista puneño había logrado que Churata renunciara, se alejara para viajar a Lima y ser protegido por sus hermanos y amigos, a una ciudad donde había jurado no ir nunca. Pero así es el destino y el azar que tiene la vida.
Sin embargo, más allá de los testimonios que sin duda sirven para tener una visión de las circunstancias que le tocó vivir a Churata, el libro Resurrección de los muertos, es una obra que recuerda al teatro de la cultura dominante en la época de la colonia. Los curas casi en todos los pueblos obligaban a construir templos y a un costado del atrio, un espacio con un proscenio para representar obras de teatro religioso con fines de imposición espiritual. En otras palabras, el teatro servía para enajenar, para imponer ideas metafísicas y destruir la personalidad colectiva, la cosmovisión, la dialéctica elaborada de una distinta forma a la expresión occidental. Churata usa ese recurso técnico pero el discurso es distinto. La idea de los invasores hispanos era no dejar vestigios de las culturas americanas. En este caso, el teatro sirve para liberar, alguna vez se llevará a la escena esta obra y recién entonces, se comprenderá el valor universal de tan genial creación literaria.

A través de toda la obra, Gamaliel Churata desarrolla un extenso diálogo valiéndose de un interlocutor como es el Profesor Analfabeto para discutir especialmente con Platón. Le demuestra que no hay una sola verdad filosófica, que más bien la cosmovisión, que precedió al pensamiento filosófico sigue vigente y tiene más sentido para explicar y responder a las preocupaciones trascendentales de los seres humanos. Pero no sólo es evidente la preocupación de responder y cuestionar constantemente a él, sino que llega al extremo de hacerle bromas y en algunos pasajes a ridiculizarlo, debido a que es un ser extraño en un universo en el que la concepción de la vida y la muerte, difiere del mito de la civilización occidental y cristiana.

Uno de los filósofos que sin duda influyó más que ningún otro en Churata y su permanente discurso de descolonización cultural, fue Frederic Nietzsche. Pero no estuvo de acuerdo con la teoría del superhombre como sí lo hizo el poeta Carlos Dante Nava (6), discípulo de Churata. En vez del superhombre Churata dice el superasno. Pero Nietzsche ayudó a Churata a descifrar su entorno y aplicar esa experiencia para refutarlo y decirle que no hay razas superiores ni inferiores, que ninguna cultura es superior a otra. Lo que sí existe según sostiene Churata, es la capacidad de las culturas humanas a través del tiempo, para crear sus propias respuestas a sus preocupaciones metafísicas.

Dijimos que Churata se propuso desde la niñez escribir una enciclopedia, por esa razón, durante su permanencia como bibliotecario leyó por ejemplo a Tales de Mileto, Heráclito, Hobbes, Heidegger, Kant, Spencer, Pawlow, Hartmann, Buffon, Darwin, Leibnitz, Hegel, Tomás de Aquino, San Agustín, Jung, Shakespeare, Pitágoras, Einstein, Confucio, Laose, Rousseau, Aristóteles, Pascal, Lenin, Schopenhauer, Blas Valera, Sepúlveda, Anatole France, Waldo Frank, Papini, Miguel de Cervantes Saavedra, Bocaccio, Miguel de Unamuno, et., etc., En fin, la lista es larga a quienes Churata analizó en sus disertaciones en Orqopata (7) por eso tiene la capacidad de corregir, reconocer o volver a pensar lo que dijeron o escribieron, no solo estos autores sino a quienes el lector pudo encontrar.

Un rasgo esencial es que Churata se alimenta de mitos andinos para exponer su pensamiento esencial en contraposición a las verdades consagradas por la enseñanza oficial en América. Para demostrar la veracidad de su pensamiento se refiere a la cultura Tiahuanaco, a los mitos del Titicaca, a las sirenas y seres cosmogónicos vivos en la cultura andina. La Atlántida (7) es un tema que fascinó a Churata a tal punto que según Ricardo Arbulú, Inocencio Mamani, Enrique Cuentas y Mateo Jaika, se propuso escribir una obra sobre ese tema. De todos modos se trata de un discurso ácrata, nada metafísico, de ninguna manera complaciente con la conducta y fraseo platónico. Pero no deja de citar parábolas o pasajes por ejemplo de La Biblia.

Ese es un tema que es preciso estudiar adecuadamente. El texto que Churata leyó tres veces en voz alta fue La Biblia y ese hecho le dejó una profunda convicción para convertirse en un apóstol pero a la vez es un escritor ácrata, de allí la adopción de ese nombre. Habría también que revisar las sucesivas ediciones del Almanaque Bristol para encontrar las referencias culturales que hace Churata. Se trata de una pequeña revista publicada anualmente y que traía textos curiosos, efemérides, citas de grandes filósofos y eran aprendidas de memoria para después adoptar una conducta personal. Para Churata el hombre-letra es la persona que proviene de la educación oficial y hombre-no-letra es la que pertenece a la cultura iletrada; es decir, que al establecerse la diferencia cultural entre ellos, hace que se produzca un permanente choque y el diálogo se convierta violento.

Aún así, para Churata la resurrección de los muertos, es la resurrección de las culturas vencidas. El hecho humano es que el tema de la muerte desde el fallecimiento de sus seres amados, se convirtió en un campo de reflexión, pero también lo llenó de soledad y profunda tristeza. De acuerdo a la cosmovisión andina, Churata optó por acompañar y ser acompañado por Brunilda (8) y sus hijos (9). Entre los aymaras y quechuas, el ajayu viene en el cuerpo del niño o niña que nace y cuando muere, el espíritu, el alma, no se va sino renace en un ciclo infinito y movimiento, en otras personas. El ajayu subsiste a los tres mundos metafísicos: el mundo de arriba donde mora el Padre Creador. El mundo de la realidad o sea el mundo real y el mundo de abajo donde mora el supay, los seres malignos que producen males y enfermedades a la humanidad. La muerte habita el mundo de la realidad cotidiana, con y en nosotros mismos, de modo que la muerte es la propia vida y está amarrada a la existencia, es semilla y a la vez gen.

En cuanto a las grafías respecto al quechua y al aymara que Churata usa en este libro, son las mismas que se usaban durante los años veinte del siglo XX. Mucho se ha avanzado desde entonces, ahora usamos el Alfabeto Fonémico Universal y es el sistema para enseñar los idiomas ancestrales en varios países del área andina de América. Hay una pregunta que de todos modos llega sin que se le convoque: ¿Dios existe? Churata reiteradamente afirma la muerte de dios. Pero no solamente se refiere a ese tema que apasionó a muchos intelectuales del siglo XX. También señala la muerte de otros mitos como el progreso, la educación, la justicia y sobre todo la libertad. No es extraño que el lector a veces se sienta desconcertado, quizá desorientado porque Churata se deja ganar por ideas que provienen de su libro El pez de oro, por eso la necesidad de saber que también allí hace funciona el pensamiento del ajawu watan (el espíritu amarra). Churata amarra al primer libro, con éste y con los que después se publicarán. Ajayu watan, Chullpa thullu. Ajayu: genes. El alma, la primigenia semilla del ser humano.

Es bueno recordar que los personajes que desfilan en esta obra teatral son: El Profesor Analfabeto, Platón (Platito, Chuwa, chuwita), el Khori puma, el Inka, El pez de oro, el Sakka aklla, catedráticos, niños, niñas y un lama, cada quien con su propio lenguaje y personalidad. Aparece una orquesta y tres clases de públicos, aclamaciones planetarias. El teatro físico está dividido por clases sociales, la platea, intermedio y la galería, son estratos diferentes y tienen un distinto comportamiento. Interviene una orquesta que interpreta una melodía arcaica del Tahuantinsuyo. El Profesor Analfabeto se transforma en Puma, en inka y guagua puma. Cada uno de ellos tienen sus propios pensamientos pero lo más cautivante es el hecho que Churata haya creado a un personaje para decir a través de él, todo cuanto piensa no solo del tiempo histórico que le tocó vivir, sino de la historia del pensamiento de la humanidad.

¿A qué se debe la persistencia en llamar al Supay, al Cheitán, a Lucifer, a Mefisto, a Daimon, al propio diablo y al anchancho? Se trata de personajes que pueblan la cosmogonía, la realidad cotidiana y la prodigiosa imaginación mágica de Churata. Así como en el mundo andino todo tiene vida, el árbol, un río, los cerros donde moran los apus, los barrancos poblados de anchanchos, los lagos, ríos y manantiales están habitados por sirenas, etc., etc. En el universo andino todo tiene vida, hasta la muerte. La muerte no es más que una palabra que significa semilla, continuidad y a la vez permanencia. El Cheitán y el anchancho se reúnen para dar vida a la muerte que no la sienten, no existe ni creen en ella.

Entre los personajes que Churata admiraba están Manuel Z. Camacho (10) quien fundó una escuelita en su casa, en la estancia de Uta wilaya (Ácora-Puno). También Rigoberto Paredes que trabajó en Warisata (11), cada uno de ellos le revelaron muchos secretos respecto a la lucha que emprendieron contra sociedades injustas en el Perú y en Bolivia. Defendió a Manuel Z. Camacho, colaboró y se solidarizó con Rigoberto Paredes. No cabe duda que también influyeron en él como en casi todos los intelectuales del siglo XX Sigmund Freud. No así José Vasconcelos autor de Raza cósmica, Churata como respuesta crea el concepto de hombre germinal. Finalmente habrá que decir, Churata escribe acerca de la necesidad de reconocer los derechos de la mujer, aunque se refiere a otro contexto durante el Tawantinsuyo y el Tiawanacu, como dice, la edad lunar o matriarcado.

Han escrito en un principio en el Perú acerca de Churata Nazario Chávez Aliaga, José Varallanos, Luis E. Valcárcel, Emilio Romero, César A. Rodríguez, Jorge Basadre y Ricardo Arbulú Vargas. A lo que es preciso agregar los trabajos académicos de Ricardo González Vigil, Miguel Ángel Huamán, Antonio Melis, Riccardo Badini y Manuel Pantigoso Pecero, así como la antología de textos de Churata de Guissela Gonzales Fernández, sin olvidar los ensayos de Feliciano Padilla Chalco, Jorge Flórez-Áybar, José Luis Velásquez Garambel, Yasmín López Lenci, Dorian Espezúa Salmón, Mauro Mamani Macedo y las referencias de David Sobrevilla, David Wiesse, Cyntia Vich, Gerardo Leinber y Ulises Juan Zevallos Aguilar (12).

Si bien el teatro ahora ha quedado reducido a recintos cerrados donde es posible ver representaciones de obras clásicas, modernas y actuales, es un privilegio para de elites porque en esencia se ha convertido en patrimonio de una clase social. Churata no pensó en esa clase de espectáculos, más bien abre las puertas, rompe los esquemas de la burguesía y el público es plural, habla varios idiomas, es planetario. Pero no se olvida que entre el público hay toda clase de personas que asisten, gritan, aplauden, se rebelan, ríen e insultan, se hacen la burla tanto del Profesor Analfabeto como de Platón, los agravian y agreden. Es un teatro interactivo, un teatro en el que el público por momentos no soporta un discurso intelectual, demasiado elaborado. Pero también hay catedráticos que intervienen poco porque no están formados como el Profesor Analfabeto y menos como Platoncito.


En fin, haber trabajado y colaborado en algunos temas de este libro con Riccardo Badini durante varias sesiones, ha sido una experiencia maravillosa debido a la excelente formación intelectual de un churatólogo fervoroso, honesto y con una fe inquebrantable para que sea Churata sea adecuadamente valorado. Riccardo Badini, en buena hora es poseedor de otros manuscritos de Churata, ahora puede estar tranquilo con esta edición crítica. En el futuro, la idea es seguir trabajando en todos los demás libros, hasta lograr que el niño que no terminó sus estudios primarios en la Escuela de Encinas, se convierta efectivamente como quiso Arturo Peralta Miranda, al convertirse en Gamaliel Churata, en un apóstol ácrata de la nueva humanidad solar.

NOTAS
1.- Corpuno. II Festival del Libro Puneño. Los otros tomos son: Cosmovisión y narrativa andina. Dos siglos de ensayistas puneños. Antología general de la poesía puneña. Cultura y tecnología altoandinas. Editorial Universo, Lima.

2.- Churata nació en Arequipa. Jorge Flórez-Áybar fue quien encontró la partida de nacimiento de Arturo Pablo Peralta Miranda.

3.- Bibliotecario Municipal Pública de Puno. Cuando en 1969 asumimos la dirección, después que habían servido como bibliotecarios un aficionado periodista y después un policía, nada quedaba del fondo bibliográfico organizado por Churata. Sin embargo, estaban empaquetados muchos libros “rojos” y revistas literarias publicadas entre 1920 a 1930, pero los pusimos al servicio del público. Ahora, todo ha desaparecido, la biblioteca es un recinto desorganizado y con una pésima atención al público.

4.- Huayna Chuquihuanca. Hijo de Francisco Chuquihuanca Ayulo. Se asoció con Churata para publicar en La Paz (Bolivia) nuevos diarios, pero la empresa fracasó y Huayna Chuquihuanca se suicido delante de sus acreedores “para salvar su honor”. Reunió a sus acreedores para decirles que les cancelaría las deudas. Delante de todos secó un revólver y se metió un tiro en la boca (1939). La familia Chuquihuanca culpó a Churata de haberlo inducido a realizar un trabajo que no conocía.

5.- Cementerio de Laycacota. Churata había pagado a perpetuidad las tumbas de Brunilda y de sus mejores hijos. Fuimos a la Beneficencia Pública de Puno y el secretario respondió que no habían recibido documentación alguna de la anterior gestión. Churata, desencantado y amargado decidió no ir nunca más al cementerio de Puno.

6.- Carlos Dante Nava.- Se trata de un poeta que consigna a los aymaras como una raza superior, sin duda una clara influencia negativa de Frederic Nietzsche.

7.- La Atlántida.- Churata era un apasionado lector de todo texto relacionado al tema de La Atlántida. Según sus discípulos más cercanos solía asociar al Tiawanaku con esa desaparecida civilización. Según Inocencio Mamani, su padrino escribió un extenso texto referido a este tema.

8.- Brunilda. Churata se preocupó que a Rosa Calderón, a quien puso el nombre de Brunilda, después de muerta le tomaran fotos y le hicieran una mascarilla con que solía dormir y hacerle rezar hacer celebrar pagos a la pachamama.

9.- También les hizo tomar fotos a sus hijos Teófano y Quemencia una vez que murieron. Con las mascarillas de sus tres seres queridos en la mesa, tomaba el desayuno, les prendía velas y hablaba como si estuvieran vivos. Ese es un elemento esencial de la cosmogonía en la cultura aymara. Los muertos viven en los vivos.

10.- Manuel Z. Camacho. Su verdadero nombre fue Manuel Allqa, pero adoptó un nombre distinto para no ser discriminado. Fue quien llevó a Fernando Stall al altiplano peruano y con él se propició el arribo de Adventistas del Sétimo Día.

11.- Warisata. Gamaliel Churata colaboró en varias ocasiones con Rigoberto Paredes, para que el plan de estudios de la escuela de Warisata tuviera un adecuado contenido pedagógico, destinado a formar una conciencia crítica y liberadora del educando campesino boliviano.

12.- En esta parte mencionamos los trabajos publicados en el Perú y no todo cuanto se ha publicado en Bolivia y México porque sería demasiado extenso. Sin embargo, señalamos por ejemplo un libro: Arturo Pablo Peralta Miranda. Travesía de un itinerante de Arturo Vilchis Cedillo. Editorial América nuestra- Rumi maki. México, mayo 2008.