NUESTRA BIENVENIDA

Tu amigo Bruno Medina Enríquez, Director de la Revista ASWAN QHARI, te da la bienvenida para que juntos construyamos los enlaces que nos ayudan a revalorar nuestra cultura y auspiciar un futuro promisorio, en la búsqueda de alcanzar el Sumac Causay, que nos hará libres en una nueva sociedad!!!



lunes, 4 de mayo de 2009

Hilaria Supa y Aldo Mariategui

KECHUA RIMARIQ RUNAKUNA, A. MARÍATEGUI SUTICHASK`A MISTITA SUPAY WAYRAMAN APARICHISUM

Por: Aureliano Turpo Choquehuanca
Comunicador Social Kechua
E-Mail: turaschay@yahoo.com

Desde los inicios de la invasión colonial española (1532), pasando por la cristianización y castellanización toledana (1572), sobre todo, por la Santa Inquisición (1570) de los frailes y misioneros cucufatos servidores del Papa romano, los pueblos y naciones forjadores de la Gran Civilización Comunitaria de Ayllus del Tawantinsuyu (s. XIII-XVI) son sometidos al etnocidio y alienados con valores culturales euro-españoles que impusieron, mediante su lengua castellana para descestructurar la lógica de pensamiento cósmico kechua.

La lengua kechua fue el medio eficaz para la integración de las cuatro regiones del sol, pues gracias a ella, los distintos florecimientos culturales regionales se consolidaron y escenificaron las relaciones sociales de producción comunitaria, que le dio grandeza y esplendor a los pueblos y naciones kechuas, aymaras, chimúes, moches, nazkenses, parakenses, tiwanakotas y chachapoyenses. La administración confederada del Chinchaysuyu, del Kontisuyu, del Antisuyu y del Kollasuyu es el más claro testimonio etnohistórico y cultural del rol que jugó la lengua kechua, de ahí que se le reconoce como la lengua aglutinante e integradora de la civilización tawantinsuyana.
Los intelectuales latino hispanistas y neoindigenistas de hoy, desconociendo la heredad etnohistórica y pluricultural del pasado y el presente del Perú Tawantinsuyano se esconden en su mestizaje extracontinental y falsifican los hechos político-sociales, para de esta manera conseguir sus negros intereses colonialistas, como es el pretender negar la presencia política, histórica y cultural de los kechua hablantes, que representan el 75% de los cerca de 26 millones de habitantes del Perú criollo-mestizo republicano.
La cultura tawantinsuyana en la hora presente se ve fortalecida en su ser civilizatorio, gracias a su lengua materna el kechua, como la lengua aymara y las lenguas amazónicas, que dan un nuevo giro político e histórico de cara al siglo XXI. El mestizo citadino de cultura hibridizada, que hace gala de su supina intelectualidad como Aldo MARÍATEGUI no son más que meros impostores de la llamada cultura occidental y cristiana, sobre todo, son exponentes de su condición de colonos mentales. No olvidemos que José Carlos Mariátegui se involucró en el tema del “indio”, gracias al kechua azangarino Ezequiel Urbiola, de lo contrario hubiera sido un ignorante del problema de la tierra y el indio que lo explica en sus 7 Ensayos.
Muchos indigenistas de la década del 20 y el 30 del siglo pasado han escrito excelentes ensayos sobre el llamado “indio”, desde los horizontes anarquistas, comunistas, centristas y derechistas, con la única finalidad de transformarlos en “ciudadanos de la república liberal” y de esta manera negarles sus derechos fundamentales y seguir siendo “hijos menores” protegidos y paternalizados por los colonizadores republicanos dentro del régimen hacendaría (terratenientes y gamonales). Sin embargo, desde la proclamación de la república por San Martín y Bolívar, el kechua hablante del Perú Tawantinsuyano ha sido el principal gestor del bienestar socio-económico y político de la oligarquía latinoperuana hispanista, como lo testimonia la historia republicana.
Los distintos gobiernos del Estado monocultural colonialista peruano, no han escatimado esfuerzo por despreciar e ignorar a la nación kechua en las grandes decisiones de la república a pesar de que su sabiduría y su sangre fueron la sal y levadura del desarrollo de las capitales de departamento, especialmente de la Lima Colonial Republicana y otros de la costa. La capacidad y fuerza laboral del kechua en la agricultura costeña, en la construcción, en la industria, en la pesca, en los centros mineros y las instituciones administrativas de servicio público son el motor de la dinámica socio-política del país y eso no es valorado ni reconocido por los apátridas latinoperuanos.
El cholaje peruano que se ha forjado en Lima y los principales departamentos del país, son los expulsores de su identidad cultural ancestral, pues han asumido la conducta y la personalidad del misticriollizado citadino y son éstos los impulsores del racismo mediocre contra los kechua hablantes principalmente, debido a su condición socioeconómica empobrecida por el colonialismo interno de los gobernantes. A esta casta apátrida pertenecen los Mariátegui, los Cáceres, los García, los Toledo, los Humala, los Fujimori, los Vargas y muchos otros peruanos anglo americanizados, que pretenden gobernar el país.
La heredad etnohistórica y cultural tawantinsuyana está en el ser social del kechua, del aymara, del amazónico y de algunos indiomestizos o blancomestizos, que desde el gobierno militar de Velasco Alvarado abrazan la causa política y cultural de los desposeídos del territorio tawantinsuyano. No olvidemos que los últimos 20 años del siglo pasado en el escenario político-cultural nacional e internacional, los kechuas fueron los principales actores de las demandas históricas y políticas irresueltas desde 1780-1783; de ahí que, la ONU se interesó por coadyuvar estas demandas desde la posición del indigenismo y su carácter de discriminación positiva, expresada en las distintas resoluciones, convenios, pactos que no obligan a los países miembros a cumplir con estos instrumentos jurídicos internacionales como el Convenio 169 de la OIT o la reciente Declaración de los derechos de los pueblos indígenas.
La política pro imperialista del gobierno aprista, con Alan García a la cabeza, es la vergüenza trasnochada de los mestizos hispanistas latinizados, que administra el país para las trasnacionales, vía el Tratado de Libre Comercio o mejor diremos, vía el TRATADO DE LIBRE COLONIZACIÓN (TLC). Tratado que consolida la política neoliberal de Fujimori, Toledo, sobre todo, que permite la chilenización del Perú criollo-mestizo, que se ve incapaz de impulsar la recuperación del territorio cautivo en poder del mapocho socialdemócrata.
El colonialismo interno, que legislan los mistis del Perú va en camino a su derrota como lo ha demostrado la Honorable Congresista Kechua, HILARIA SUPA al jurar su cargo de legisladora en el RUNA SIMI, EL KECHUA MILENARIO, por voluntad soberana de los ayllus y comunidades del K`osk`o (Cusco), siguiendo las enseñanzas del legislador de la Corte de Sevilla, Dionisio Inka Yupanki que en 1810 señalará que, “UN PUEBLO QUE SOMETE A OTRO PUEBLO, NO ES UN PUEBLO LIBRE”, como también los señalará la mujer kechua Domitila Quispe en 1922 en Azángaro, expresando un postulado anticolonial de profunda significación política para el siglo XXI, que dice: “INDIO HINATA ÑAKARISHIWARK`ANSHIS, INDIO HINALLATAQMIN SAYARIKUSUM”, (Indio fue el nombre con el que nos sometieron, indio será el nombre con el que nos liberaremos).
El genial k`elk`eri Aldo Mariátegui del diario oligárquico el correo, no ha entendido ni entenderá el mensaje de los más grandes hombres y mujeres kechuas, que supieron enfrentarse a la dominación colonial española y republicana de los mistis, pues, su identificación con su madrastra anglosajona del norte, le obliga pensar y escribir con baba racista en contra de la Honorable Congresista Kechua Hilaria Supa, no sería nada raro que lo haga contra las Honorables kechuas hablantes, María Sumiri, Juana Huancahuari, en consecuencia, lo estarían haciendo contra todo una nación milenaria, por el que condenamos y demandamos una reparación honesta por lo escrito en su editorial del 25/04-09 del diario Correo de Lima virreinal.
El agravio cometido por este misti limeñizado, Aldo Mariátegui, es la verdadera catadura del gobierno aprista, que permite manifestaciones sutiles de racismo primario, pues, también es exponente de las verdaderas intensiones del mestizo aglosajonizado, que se manifiestan en los DS que avasallan las propiedades de las comunidades de los kechuas y amazonenses, como son sus recursos naturales renovables y no renovables; destruyendo el ecosistema ancestral, contaminando los ríos y todo cuanto prodiga la Madre Tierra.
El representante del Comité de la Década de los Pueblos Indígenas de la ONU, Miguel Ibáñez, intelectuales indigenistas y profesionales kechuas, aymaras y amazonenses del Perú Tawantinsuyano, de Abya Yala y del mundo han expresado su indignación por el racismo barato de Aldo Mariátegui, escribidor babeado del diario Correo de Lima, aunado a estas personalidades esperamos la hermana Honorable Congresista Kechua, Hilaria Supa sea DESAGRAVIADA y reconocida en su honorabilidad como mujer kechua del K`osk`o (Cusco) milenario.
Finalmente, advertimos a los mistis de la derecha y la izquierda a remojar las barbas politiqueras, pues, el APU PACHAAKUTIQ y el INKARRI están cerca para copar el Congreso Nacional y revertir el colonialismo interno del misti hispano anglosajonizado del Perú, haremos realidad aquella frase premonitora de: ¡LA TEMPESTAD POLÍTICA E HISTÓRICA VENDRA DE LA NACION KECHUA, AYMARA Y AMAZONENSE DEL PERU TAWANTINSUYANO¡, lanzada por los hermanos kechuas y aymaras del Movimiento Indio Pedro Willka Apaza (MIPWA) del Perú en 1983 en la heroica y legendaria ciudad de Puno.

Hilaria Supa y Aldo Mariategui

KECHUA RIMARIQ RUNAKUNA, A. MARÍATEGUI SUTICHASK`A MISTITA SUPAY WAYRAMAN APARICHISUM

Por: Aureliano Turpo Choquehuanca
Comunicador Social Kechua
E-Mail: turaschay@yahoo.com

Desde los inicios de la invasión colonial española (1532), pasando por la cristianización y castellanización toledana (1572), sobre todo, por la Santa Inquisición (1570) de los frailes y misioneros cucufatos servidores del Papa romano, los pueblos y naciones forjadores de la Gran Civilización Comunitaria de Ayllus del Tawantinsuyu (s. XIII-XVI) son sometidos al etnocidio y alienados con valores culturales euro-españoles que impusieron, mediante su lengua castellana para descestructurar la lógica de pensamiento cósmico kechua.

La lengua kechua fue el medio eficaz para la integración de las cuatro regiones del sol, pues gracias a ella, los distintos florecimientos culturales regionales se consolidaron y escenificaron las relaciones sociales de producción comunitaria, que le dio grandeza y esplendor a los pueblos y naciones kechuas, aymaras, chimúes, moches, nazkenses, parakenses, tiwanakotas y chachapoyenses. La administración confederada del Chinchaysuyu, del Kontisuyu, del Antisuyu y del Kollasuyu es el más claro testimonio etnohistórico y cultural del rol que jugó la lengua kechua, de ahí que se le reconoce como la lengua aglutinante e integradora de la civilización tawantinsuyana.
Los intelectuales latino hispanistas y neoindigenistas de hoy, desconociendo la heredad etnohistórica y pluricultural del pasado y el presente del Perú Tawantinsuyano se esconden en su mestizaje extracontinental y falsifican los hechos político-sociales, para de esta manera conseguir sus negros intereses colonialistas, como es el pretender negar la presencia política, histórica y cultural de los kechua hablantes, que representan el 75% de los cerca de 26 millones de habitantes del Perú criollo-mestizo republicano.
La cultura tawantinsuyana en la hora presente se ve fortalecida en su ser civilizatorio, gracias a su lengua materna el kechua, como la lengua aymara y las lenguas amazónicas, que dan un nuevo giro político e histórico de cara al siglo XXI. El mestizo citadino de cultura hibridizada, que hace gala de su supina intelectualidad como Aldo MARÍATEGUI no son más que meros impostores de la llamada cultura occidental y cristiana, sobre todo, son exponentes de su condición de colonos mentales. No olvidemos que José Carlos Mariátegui se involucró en el tema del “indio”, gracias al kechua azangarino Ezequiel Urbiola, de lo contrario hubiera sido un ignorante del problema de la tierra y el indio que lo explica en sus 7 Ensayos.
Muchos indigenistas de la década del 20 y el 30 del siglo pasado han escrito excelentes ensayos sobre el llamado “indio”, desde los horizontes anarquistas, comunistas, centristas y derechistas, con la única finalidad de transformarlos en “ciudadanos de la república liberal” y de esta manera negarles sus derechos fundamentales y seguir siendo “hijos menores” protegidos y paternalizados por los colonizadores republicanos dentro del régimen hacendaría (terratenientes y gamonales). Sin embargo, desde la proclamación de la república por San Martín y Bolívar, el kechua hablante del Perú Tawantinsuyano ha sido el principal gestor del bienestar socio-económico y político de la oligarquía latinoperuana hispanista, como lo testimonia la historia republicana.
Los distintos gobiernos del Estado monocultural colonialista peruano, no han escatimado esfuerzo por despreciar e ignorar a la nación kechua en las grandes decisiones de la república a pesar de que su sabiduría y su sangre fueron la sal y levadura del desarrollo de las capitales de departamento, especialmente de la Lima Colonial Republicana y otros de la costa. La capacidad y fuerza laboral del kechua en la agricultura costeña, en la construcción, en la industria, en la pesca, en los centros mineros y las instituciones administrativas de servicio público son el motor de la dinámica socio-política del país y eso no es valorado ni reconocido por los apátridas latinoperuanos.
El cholaje peruano que se ha forjado en Lima y los principales departamentos del país, son los expulsores de su identidad cultural ancestral, pues han asumido la conducta y la personalidad del misticriollizado citadino y son éstos los impulsores del racismo mediocre contra los kechua hablantes principalmente, debido a su condición socioeconómica empobrecida por el colonialismo interno de los gobernantes. A esta casta apátrida pertenecen los Mariátegui, los Cáceres, los García, los Toledo, los Humala, los Fujimori, los Vargas y muchos otros peruanos anglo americanizados, que pretenden gobernar el país.
La heredad etnohistórica y cultural tawantinsuyana está en el ser social del kechua, del aymara, del amazónico y de algunos indiomestizos o blancomestizos, que desde el gobierno militar de Velasco Alvarado abrazan la causa política y cultural de los desposeídos del territorio tawantinsuyano. No olvidemos que los últimos 20 años del siglo pasado en el escenario político-cultural nacional e internacional, los kechuas fueron los principales actores de las demandas históricas y políticas irresueltas desde 1780-1783; de ahí que, la ONU se interesó por coadyuvar estas demandas desde la posición del indigenismo y su carácter de discriminación positiva, expresada en las distintas resoluciones, convenios, pactos que no obligan a los países miembros a cumplir con estos instrumentos jurídicos internacionales como el Convenio 169 de la OIT o la reciente Declaración de los derechos de los pueblos indígenas.
La política pro imperialista del gobierno aprista, con Alan García a la cabeza, es la vergüenza trasnochada de los mestizos hispanistas latinizados, que administra el país para las trasnacionales, vía el Tratado de Libre Comercio o mejor diremos, vía el TRATADO DE LIBRE COLONIZACIÓN (TLC). Tratado que consolida la política neoliberal de Fujimori, Toledo, sobre todo, que permite la chilenización del Perú criollo-mestizo, que se ve incapaz de impulsar la recuperación del territorio cautivo en poder del mapocho socialdemócrata.
El colonialismo interno, que legislan los mistis del Perú va en camino a su derrota como lo ha demostrado la Honorable Congresista Kechua, HILARIA SUPA al jurar su cargo de legisladora en el RUNA SIMI, EL KECHUA MILENARIO, por voluntad soberana de los ayllus y comunidades del K`osk`o (Cusco), siguiendo las enseñanzas del legislador de la Corte de Sevilla, Dionisio Inka Yupanki que en 1810 señalará que, “UN PUEBLO QUE SOMETE A OTRO PUEBLO, NO ES UN PUEBLO LIBRE”, como también los señalará la mujer kechua Domitila Quispe en 1922 en Azángaro, expresando un postulado anticolonial de profunda significación política para el siglo XXI, que dice: “INDIO HINATA ÑAKARISHIWARK`ANSHIS, INDIO HINALLATAQMIN SAYARIKUSUM”, (Indio fue el nombre con el que nos sometieron, indio será el nombre con el que nos liberaremos).
El genial k`elk`eri Aldo Mariátegui del diario oligárquico el correo, no ha entendido ni entenderá el mensaje de los más grandes hombres y mujeres kechuas, que supieron enfrentarse a la dominación colonial española y republicana de los mistis, pues, su identificación con su madrastra anglosajona del norte, le obliga pensar y escribir con baba racista en contra de la Honorable Congresista Kechua Hilaria Supa, no sería nada raro que lo haga contra las Honorables kechuas hablantes, María Sumiri, Juana Huancahuari, en consecuencia, lo estarían haciendo contra todo una nación milenaria, por el que condenamos y demandamos una reparación honesta por lo escrito en su editorial del 25/04-09 del diario Correo de Lima virreinal.
El agravio cometido por este misti limeñizado, Aldo Mariátegui, es la verdadera catadura del gobierno aprista, que permite manifestaciones sutiles de racismo primario, pues, también es exponente de las verdaderas intensiones del mestizo aglosajonizado, que se manifiestan en los DS que avasallan las propiedades de las comunidades de los kechuas y amazonenses, como son sus recursos naturales renovables y no renovables; destruyendo el ecosistema ancestral, contaminando los ríos y todo cuanto prodiga la Madre Tierra.
El representante del Comité de la Década de los Pueblos Indígenas de la ONU, Miguel Ibáñez, intelectuales indigenistas y profesionales kechuas, aymaras y amazonenses del Perú Tawantinsuyano, de Abya Yala y del mundo han expresado su indignación por el racismo barato de Aldo Mariátegui, escribidor babeado del diario Correo de Lima, aunado a estas personalidades esperamos la hermana Honorable Congresista Kechua, Hilaria Supa sea DESAGRAVIADA y reconocida en su honorabilidad como mujer kechua del K`osk`o (Cusco) milenario.
Finalmente, advertimos a los mistis de la derecha y la izquierda a remojar las barbas politiqueras, pues, el APU PACHAAKUTIQ y el INKARRI están cerca para copar el Congreso Nacional y revertir el colonialismo interno del misti hispano anglosajonizado del Perú, haremos realidad aquella frase premonitora de: ¡LA TEMPESTAD POLÍTICA E HISTÓRICA VENDRA DE LA NACION KECHUA, AYMARA Y AMAZONENSE DEL PERU TAWANTINSUYANO¡, lanzada por los hermanos kechuas y aymaras del Movimiento Indio Pedro Willka Apaza (MIPWA) del Perú en 1983 en la heroica y legendaria ciudad de Puno.